La fiesta de Cristo Rey es una celebración litúrgica de la Iglesia Católica que tiene lugar el último domingo de noviembre. El texto del Evangelio correspondiente a esa celebración es el que describe la comparecencia ante Pilato de Jesús acusado de proclamarse rey y haber estado en el Templo “agitando” al pueblo e impidiendo la actividad de los mercaderes. A la pregunta de Pilato: ¿Tú eres rey?, Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo… …soy rey, para eso yo he nacido y para eso he venido al mundo...
Generalmente, aunque esta lectura se realiza ritualmente en la celebración, el clero oficiante pasa sobre ella como sobre ascuas; la doctrina que ese personal imparte en la homilía divaga sobre cosas que no se refieren para nada a esta vocación de Jesús de establecer en el mundo un reino distinto de los de este mundo. Algunos dicen expresamente que el reino de Cristo no puede relacionarse con fórmulas políticas. Lo cual equivale a sacarlo de este mundo e impedir su realización. Si Jesús llama a sus seguidores a trabajar por ese reino, nos está instando a realizarlo y concretarlo en el mundo, y eso es inevitablemente una actividad política, como la que realizaron los profetas y fueron perseguidos por ello, como la que realizó él mismo expulsando a los mercaderes y lo condenaron por ello.
Pero la doctrina eclesial divaga diciendo cosas como que: el reino de nuestro Señor ha de cimentarse en el deseo de santidad, en la disposición humilde para recibir la gracia...
o que: