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Faustino Castaño

Según Marx, planteados determinados grados de desarrollo de la producción, del comercio y del consumo, resultará una determinada forma de constitución social, una organización familiar, un esquema clasista... es decir, una forma determinada de sociedad civil. Planteada tal sociedad civil se obtendrá un Estado político que no es más que la expresión oficial de la sociedad civil. Marx expresa así el vínculo que se establece entre la producción, el comercio y el consumo, y la relación entre la sociedad civil y el Estado político.
Según esa teoría, "toda generación posterior encuentra fuerzas productivas adquiridas por la generación anterior que le sirven como materias primas para nuevas producciones. Consecuencia necesaria: la historia social de los hombres es siempre la historia de su desarrollo individual, tengan o no conciencia de ello. Sus relaciones materiales forman la base de todas sus relaciones, esas relaciones materiales no son sino las formas necesarias en las que se realiza su actividad material e individual".
Definiendo las relaciones entre el hombre y la sociedad, Marx muestra que, "las formas económicas bajo las cuales los hombres producen, consumen, intercambian, son históricas y transitorias". Y es cierto no sólo para las formas económicas. Todo lo que es humano es histórico y por ende transitorio. Marx crea un humanismo histórico, relativizado porque el hombre está en la historia. Yerran los economistas burgueses que ven en esas categorías económicas leyes eternas y no leyes históricas, que son leyes sólo para cierto desarrollo histórico, para un desarrollo determinado de las fuerzas productivas. Marx insiste en la idea de que "las categorías son tan poco eternas como las relaciones que expresan. Son productos históricos y transitorios".
La forma burguesa de la producción es una forma histórica y transitoria igual que lo fue la forma feudal. Es un error pensar que el hombre-burgués es la única base posible de toda sociedad, y no ser capaces de imaginar un estado de sociedad en la que el hombre haya dejado de ser burgués. Esta idea invita a elevarse por encima del horizonte burgués. El tipo humano burgués debe dejar su lugar a otros tipos humanos más proclives a realizar una sociedad más justa, pues la forma burguesa de la producción es una forma transitoria por histórica.
Es muy clarificador el concepto desarrollado por Marx. Preconiza certeramente, pero se anticipa mucho a su época y también a la nuestra. Describe una realidad futura, aún lejana. llegará a realizarse, pero es evidente que Marx sobrevaloró la posibilidad de superar rápidamente la forma burguesa de producción e implantar una nueva forma -socialista-, y dar así lugar a la aparición de un hombre nuevo. Marx subestimaba la capacidad del orden burgués para evolucionar y adaptarse, y la de la burguesía para afrontar las contingencias de la lucha de clases. Combinando medidas políticas y económicas, la burguesía supo conservar su dominio en gran parte del planeta y obligar a muchos millones de seres humanos a adoptar un modo de vida burgués, a mantener un estado de la sociedad en el que el hombre no ha dejado de ser burgués.
Constatando que la sociedad burguesa tiene una resistencia mayor de lo que Marx había calculado, ¿cabe pensar que esa realidad cuestiona su afirmación de que se trata sólo de una forma histórica y transitoria? En realidad, la historia de las sociedades humanas nos enseña que nada de lo que es humano es eterno. El imperio romano persistió durante siglos de decadencia y desapareció cuando no pudo resistir las condiciones adversas. Otros imperios, anteriores y posteriores, tuvieron decadencia y ruina tras su época de esplendor. El actual imperio burgués no será una excepción. ¿No nos encontramos precisamente en una época en que desaparece una sociedad y nace otra?
Parece que Marx subestimó el papel de la ideología y de los factores subjetivos en el proceso de transformación del hombre y pensó que bastaba con transformar la economía para cambiar al hombre. Era y es preciso también transformar la conciencia del hombre para cambiar la economía, y eso requiere tiempo, quizá varias generaciones. Esa tarea de transformación ideológica de la sociedad, la formación de un bloque social de progreso según la teoría del bloque histórico de Gramsci, es la función y cometido de un partido político de izquierda y de los intelectuales activistas de nuevo tipo. Sólo si aciertan a realizarlo pueden ser verdaderamente factores subjetivos de transformación social.
Hoy, cuando el imperio burgués está en su máxima expansión y poderío en el mundo, es un momento adecuado para recordar que también ese ídolo tiene los pies de barro y podemos contribuir a derribarlo.