mismo que los bancos, que sin cesar aumentan sus beneficios mientras se
arruina el pueblo a cuyo servicio se supone que deben estar. Los poderes
públicos parecen incapaces de legislar para afrontar esta situación, así como la
de la desigualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad, y la de la
violencia machista. Para rematar, esta sociedad nuestra que produce tanta
emigración, se muestra insolidaria con los desgraciados que tuvieron que huir de
lugares aún peores y que buscan refugio aquí.
Estas son las cosas que preocuparían y movilizarían hoy a Gaspar García
Laviana, y las que deben preocuparnos y movilizarnos a nosotros. Pero nos
quieren imponer otras preocupaciones que no nos atañen. Los beneficiarios de
este sistema tan injusto nos quieren convencer que los problemas de España son
otros: el nacionalismo de algunas regiones, la inmigración… Su dominio pasa por
colonizar la mente de los explotados. Se trata de crear ciudadanos domesticados,
con mentalidad burguesa, que no cuestionen el sistema. Para ello, el aparato
ideológico del sistema, en el que se encuadra también el magisterio de la Iglesia
oficial y tradicional, pretende impedir que los explotados lleguen a tomar
conciencia de la naturaleza clasista de esta sociedad, basada en la desigualdad.
Para tener apartados a los ciudadanos de los temas que realmente le interesan
para su liberación, el sistema dominante controla los medios de formación e
información para formar y educar siervos, no personas libres dueñas de su
historia. Para ser dueños de la propia historia, en primer lugar hay que conocerla,
y todos sabemos cómo esas fuerzas políticas de nuestra sociedad que están al
servicio de la clase dominante combaten el concepto de memoria histórica y
pretenden recetarnos lo que tenemos que pensar. Quieren un pueblo que no
piense, que no sepa, al que se le pueda convencer para vote en una línea que no
es la de sus intereses. Vemos lo que está ocurriendo actualmente en nuestro
país. Las fuerzas extremistas, las del nacionalismo radical y las fascistas que le
pretenden combatir, quieren apoderarse de la calle con scrachers y otros actos
violentos para ganar así también el apoyo electoral. Pretenden convencernos que
el problema principal es ese, junto con el de la inmigración extranjera. Son las
mismas tácticas empleadas por lor movimientos fascistas en otra época,
debemos no olvidar la historia. Y no debemos olvidar que nuestros problemas
son los que son, los del emperoramiento del bienestar general. No nos incumbe
esa lucha de banderas de los señoritos burgueses; nuestra lucha es la del
bienestar de la gente de nuestro pueblo y la solidaridad con los hermanos de
otras latitudes que necesitan nuestra ayuda. Nuestros enemigos no son los
habitantes de tal o tal región española, ni los africanos que buscan refugio, son
los explotadores cuya riqueza se basa en la explotación del resto de la
humanidad. Esta enseñanza es la que nos brinda el ejemplo de Gaspar García
Laviana, al que recordamos especialmente hoy, en el 40 aniversario de su
muerte luchando contra los enemigos de la humanidad.
Muchas gracias.