Saludos a todos los asistentes a este homenaje a Gaspar García Laviana en el
38 aniversario de su muerte. Varios colectivos que hoy se reúnen aquí llevan su
nombre. Hay una Asociación “Gaspar García Laviana”, de la que soy miembro,
pero ahora hablo en nombre de otro colectivo: el “Foro Gaspar García Laviana” .
Esta asociación tiene, pues, por referente a Gaspar, que es como decir que
tenemos el mismo referente que él, es decir, Jesucristo Libertador. Este título de
“Jesucristo Libertador” puede resultar chocante en nuestro ambiente y contexto
social, pero en Iberoamérica, donde Gaspar desarrolló su misión, surgió, como
consecuencia del espíritu renovador del Concilio, la llamada “Teología de la
Liberación”. Teología de la Liberación que fue mal recibida, repudiada por la
jerarquía de la Iglesia oficial, siempre tan pródiga en gestos de amistosa
complicidad con el sistema capitalista y sus clases dominantes.
Es evidente que nuestro Foro está en otra onda. Nuestra identificación con
Gaspar García Laviana se concreta en las dos facetas de su vocación: la
religiosa y la de la preocupación por la problemática social. El Foro Gaspar
García Laviana, constituido por religiosos y laicos, se define como un lugar de
encuentro para la reflexión en libertad sobre la realidad social y la eclesial.
Reflexión que que se traduce en implicación en la problématica de esos ámbitos
pues trasladamos nuestras conclusiones al público con una finalidad didáctica.
En la Eucaristía que acabamos de celebrar se leyeron declaraciones de nica-
ragüenses que conocieron a Gaspar y aportaron ejemplos de su buen hacer
durante su etapa como misionero. Entre todas esas declaraciones, la que más
me interpeló fue la que decía que Gaspar se involucraba mucho en la culturiza-
ción, la alfabetización, de los campesinos de su demarcación religiosa.
En efecto, una baza de ese imperialismo que domina y avasalla tanto en Ibero-
américa como aquí mismo es la ignorancia de los pueblos sometidos. El
dominio económico de los poderosos se asienta sobre el dominio ideológico.
Colonizando la mente de los explotados y sometidos se asegura la permanencia
de la explotación y la dominación. Sólo así se explica que en nuestro país, por
ejemplo, se sigue apoyando electoralmente a los corruptos e incompetentes que
nos gobiernan.