L
L
a
a
m
m
e
e
d
d
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o
o
c
c
r
r
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d
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d
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l
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s
s
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g
g
u
u
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m
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n
n
t
t
o
o
d
d
e
e
J
J
e
e
s
s
ú
ú
s
s
B
ajo ese título tuvo nuestra
C
o
m
unidad de
C
ristianos de
B
ase
,
en la reunión del pasado día
4
de este
m
es
,
un estudio y debate de unos catulos del libro de
J
osé
M
aría
C
astillo
:
D
eclive
de la
R
eligión y futuro del
E
vangelio
. E
sa obra
,
así co
m
o las de otros teólogos
,
nos
ayudan a interpretar una realidad de la que
,
en la
I
glesia
,
se pretende
m
antener alejada la
atención de los fieles
. C
o
m
o sinceros seguidores del
M
aestro
J
esús nos interesa conocer
,
sin recortes e interpretaciones interesadas, lo que realmente él postula y espera de no-
sotros. El tema que nos ocupaba en esta ocasión,
l
l
a
a
m
m
e
e
d
d
i
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o
o
c
c
r
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g
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m
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n
n
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t
o
o
d
d
e
e
J
J
e
e
s
s
ú
ú
s
s
, se refiere al dominio que el ego ejerce sobre cada uno
,
y que preside el compor-
ta
m
iento hu
m
ano tanto en el á
m
bito social co
m
o en el religioso.
L
as relaciones hu
m
anas están
m
ediatizadas por esa inclinación natural de cada uno
,
que
genera co
m
petencia y conflictos con los de
m
ás
. J
esús pro
m
ueve otros valores
,
que nos
cuesta asu
m
ir
. L
a satisfacción del ego postula destacar
,
do
m
inar sobre otros, aspirar a
rango social
,
al poder
,
ta
m
bién al poder adquisitivo
,
al dinero
...
N
uestro debate sobre
este te
m
a evidencque la enseñanza de Jesús, que nos interpela, contraría no sólo
nuestra naturaleza egoísta sino también el sistema establecido en el terreno social y en
el religioso. Su mensaje es revulsivo, movilizador…
Su Reino no es de los de este mundo: Si alguno quiere venir detrás de mí, que se
niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Seguir a Jesús es asumir una actitud
comprometida de enfrentamiento con ese mundo, este sistema que es una negación de
los valores que Jesús promueve. Es una forma mediocre de seguimiento identificarse y
apoyar un siste
m
a social clasista que tasa a las personas según su origen, su raza, su
rango social, su poder adquisitivo. Un sistema en el que se pretende recortar e incluso
supri
m
ir los derechos y servicios sociales
:
sanidad
,
vivienda, educación… a favor de las
clases privilegiadas y sus inversiones privadas.
Del ejercicio de la autoridad, Jesús enseña: Si alguno quiere ser el primero, que se
ponga el último de todos y se haga el siervo de todos
. S
abe
m
os lo
m
ucho que se alejan
de ese modelo de servidor público los gobernantes de este mundo. Con frecuencia se
aprovechan de su función pública para favorecer a sus parientes y amigos, para enri-
quecerse a sí mismos. Y siempre para perpetuar el dominio de la clase dirigente.
Lo que ocurre a nivel político y social tiene su correlación y mucha relación con lo que
tiene lugar en el á
m
bito religioso
. C
orrelación porque ta
m
bién en el terreno religioso, en
las estructuras eclesiales
,
se da una clasificación del personal por rangos
,
con privilegios
y abusos
,
co
m
o en la estructura social
. Y
relación porque esa realidad eclesial for
m
a parte
y está al servicio del siste
m
a de do
m
inación general. Por tanto, también es una forma de
m
ediocridad en el segui
m
iento de
J
esús instalarse en el tipo de religiosidad vaa
,
y con-
tentarse con las for
m
as tradicionales de culto
. S
e
m
encionó en nuestro debate la paraferna-
lia
,
de siempre”, de las procesiones de la reciente Semana Santa. Se fomenta ese tipo
de religiosidad como sustitutivo del verdadero seguimiento de Jesús.
B
oletín nú
m
. 60
- 19 de abril de 2024
A
las clases do
m
inantes les interesa que la
m
asa del pueblo so
m
etido per
m
anezca en una
ignorancia que las i
m
posibilite para su liberación
. E
n el á
m
bito eclesial
,
el esta
m
ento cleri
-
cal
,
que desea la conservación del siste
m
a tal co
m
o está establecido
,
no trans
m
ite fiel
m
ente
el
m
ensaje de
J
esús de
N
azaret
. S
e li
m
itan a presentar un
J
esús que nos redi
m
ió para que
alcanzáse
m
os la
gloria celestial
”,
pero es un
J
esús inocuo y desco
m
pro
m
etido
,
un
J
esús
que no convoca, que no tiene ningún proyecto liberador para este mundo, no es el
Jesús del Evangelio.
Así presentada la acción y la trayectoria eclesial y la religiosa en general, se llega a
comprender el carácter de clase de la religión. Se ve que, en manos de la burguesía,
la religión es un medio para alejar a las masas de la lucha de clases y aletargar la
m
ente
de sus integrantes
. Por
eso
, m
uchas personas que se percataron del cacter pernicioso de
la religiosidad que nos venden las
I
glesias, salen corriendo de ellas
. E
n nuestra
I
glesia
,
y en concreto en nuestro país
,
se constata un auge de senti
m
iento antirreligioso
,
co
m
o re
-
acción al abuso clerical
:
in
m
atriculaciones
,
casos de pederastia y otros abusos sexuales
pero ta
m
bién co
m
o aversión y rechazo a la función institucional que se auto
-
atribuyó la
jerarquía y el dominio espiritual que la clerecía pretende ejercer sobre la feligresía.
A
nte nosotros
,
ahora, la tarea de valorar si tal abandono de lo religioso por parte de
a
m
plios sectores sociales se puede considerar positivo o negativo
. A
quí hay que hacer al-
guna
m
atización
. L
a
I
glesia
,
co
m
o institución
,
no es un fin en s
í m
is
m
a
,
tiene un objetivo;
es
,
por tanto
,
un instru
m
ento para cumplir ese objetivo. El rechazo o la aprobación a la
institución ha de estar en función del cu
m
pli
m
iento del objetivo para el que existe
. S
e puede
y se debe criticar el
m
al funciona
m
iento de la institución, sus fallos, pero sin perder de
vista el valor de lo que la
I
glesia debe trans
m
itir
:
el
m
ensaje y el
m
odelo de vida de
J
esús
de Nazaret. No se debe arrojar la criatura junto con el agua sucia.
E
l clericalis
m
o
,
los dog
m
as innecesarios
,
las devociones alienantes
,
el absurdo culto ri-
tual
,
las teologías centradas en lo sobrenatural para apartar a la gente de la preocupa-
ción por los problemas del mundo… son el agua sucia que se ha de arrojar a la basura,
pero hay que salvar a la criatura: el mensaje liberador de Jesús de Nazaret, su escala de
valores
,
el
m
odelo de vida que nos propone
,
el trabajo por el Reino de Dios al que nos
convoca
L
as instituciones eclesiales se justifican sólo en la
m
edida en que nos pre-
senten fielmente el mensaje evangélico y sean capaces de generar iniciativas para el
trabajo por el proyecto del Reino.
E
l libro que co
m
enta
m
os destaca que el segui
m
iento de Jesús por parte de los primeros
discípulos era interesado en el sentido de que
,
inicial
m
ente
,
esperaban obtener ventajas
por el triunfo
m
esiánico que suponían iba a obtener el
M
aestro
. D
espués
,
a lo largo de la
historia, la Iglesia llegó a alcanzar y disfrutar influencia y privilegios, pero sobre la base
de no cuestionar el siste
m
a co
m
o lo había hecho
J
esús
.
H
oy tene
m
os
,
pues
,
dos
m
odelos distintos de segui
m
iento del
M
aestro
J
esús
:
un
m
odelo
m
ediocre, facilón
,
que pro
m
ete tranquilidad en esta vida, y la gloria celestial, a quienes
sigan unos ritos y unas devociones
,
y no inquieten a los do
m
inadores del
m
undo
,
y otro
m
odelo
m
ás co
m
pro
m
etido y peligroso, de quienes quieran i
m
itar al
M
aestro luchando
para que el
R
eino de
D
ios sea una realidad en la
T
ierra
. S
e necesita coraje para seguir este
m
odelo; los poderes del
m
undo nunca lo pusieron fácil, ni lo está haciendo ahora, a
quienes quieren seguirlo.