A
las clases do
m
inantes les interesa que la
m
asa del pueblo so
m
etido per
m
anezca en una
ignorancia que las i
m
posibilite para su liberación
. E
n el á
m
bito eclesial
,
el esta
m
ento cleri
-
cal
,
que desea la conservación del siste
m
a tal co
m
o está establecido
,
no trans
m
ite fiel
m
ente
el
m
ensaje de
J
esús de
N
azaret
. S
e li
m
itan a presentar un
J
esús que nos redi
m
ió para que
alcanzáse
m
os la
“
gloria celestial
”,
pero es un
J
esús inocuo y desco
m
pro
m
etido
,
un
J
esús
que no convoca, que no tiene ningún proyecto liberador para este mundo, no es el
Jesús del Evangelio.
Así presentada la acción y la trayectoria eclesial y la religiosa en general, se llega a
comprender el carácter de clase de la religión. Se ve que, en manos de la burguesía,
la religión es un medio para alejar a las masas de la lucha de clases y aletargar la
m
ente
de sus integrantes
. Por
eso
, m
uchas personas que se percataron del carácter pernicioso de
la religiosidad que nos venden las
I
glesias, salen corriendo de ellas
. E
n nuestra
I
glesia
,
y en concreto en nuestro país
,
se constata un auge de senti
m
iento antirreligioso
,
co
m
o re
-
acción al abuso clerical
:
in
m
atriculaciones
,
casos de pederastia y otros abusos sexuales
…
pero ta
m
bién co
m
o aversión y rechazo a la función institucional que se auto
-
atribuyó la
jerarquía y el dominio espiritual que la clerecía pretende ejercer sobre la feligresía.
A
nte nosotros
,
ahora, la tarea de valorar si tal abandono de lo religioso por parte de
a
m
plios sectores sociales se puede considerar positivo o negativo
. A
quí hay que hacer al-
guna
m
atización
. L
a
I
glesia
,
co
m
o institución
,
no es un fin en s
í m
is
m
a
,
tiene un objetivo;
es
,
por tanto
,
un instru
m
ento para cumplir ese objetivo. El rechazo o la aprobación a la
institución ha de estar en función del cu
m
pli
m
iento del objetivo para el que existe
. S
e puede
y se debe criticar el
m
al funciona
m
iento de la institución, sus fallos, pero sin perder de
vista el valor de lo que la
I
glesia debe trans
m
itir
:
el
m
ensaje y el
m
odelo de vida de
J
esús
de Nazaret. No se debe arrojar la criatura junto con el agua sucia.
E
l clericalis
m
o
,
los dog
m
as innecesarios
,
las devociones alienantes
,
el absurdo culto ri-
tual
,
las teologías centradas en lo sobrenatural para apartar a la gente de la preocupa-
ción por los problemas del mundo… son el agua sucia que se ha de arrojar a la basura,
pero hay que salvar a la criatura: el mensaje liberador de Jesús de Nazaret, su escala de
valores
,
el
m
odelo de vida que nos propone
,
el trabajo por el Reino de Dios al que nos
convoca
…
L
as instituciones eclesiales se justifican sólo en la
m
edida en que nos pre-
senten fielmente el mensaje evangélico y sean capaces de generar iniciativas para el
trabajo por el proyecto del Reino.
E
l libro que co
m
enta
m
os destaca que el segui
m
iento de Jesús por parte de los primeros
discípulos era interesado en el sentido de que
,
inicial
m
ente
,
esperaban obtener ventajas
por el triunfo
m
esiánico que suponían iba a obtener el
M
aestro
. D
espués
,
a lo largo de la
historia, la Iglesia llegó a alcanzar y disfrutar influencia y privilegios, pero sobre la base
de no cuestionar el siste
m
a co
m
o lo había hecho
J
esús
.
H
oy tene
m
os
,
pues
,
dos
m
odelos distintos de segui
m
iento del
M
aestro
J
esús
:
un
m
odelo
m
ediocre, facilón
,
que pro
m
ete tranquilidad en esta vida, y la gloria celestial, a quienes
sigan unos ritos y unas devociones
,
y no inquieten a los do
m
inadores del
m
undo
,
y otro
m
odelo
m
ás co
m
pro
m
etido y peligroso, de quienes quieran i
m
itar al
M
aestro luchando
para que el
R
eino de
D
ios sea una realidad en la
T
ierra
. S
e necesita coraje para seguir este
m
odelo; los poderes del
m
undo nunca lo pusieron fácil, ni lo está haciendo ahora, a
quienes quieren seguirlo.