Las imágenes tuvieron una amplia difusión a nivel mundial. Durante esos día de mayo
España fue noticia por ellas. Sirvieron para ilustrar lo que estaba ocurriendo en Ceuta.
Dieron una imagen de acogida de los inmigrantes por parte de nuestro país, pero
¿reflejan la realidad de nuestra actitud ante la inmigración? Los sanitarios y personal de
salvamento que muestran esas imágenes merecen toda nuestra admiración y qui-
siéramos poder decir que nos representan, que representan a nuestro país… pero, ¿es
esa la realidad?
El conflicto, el problema, tuvo, sigue teniendo, varias facetas, varios enfoques: con-
flicto internacional, cuestiones políticas… Gran parte de los llegados a Ceuta en aque-
llas excepcionales circunstancias siguen sin hallar acomodo y sin vislumbrar una
solución a su situación. Es verdad, Ceuta no puede asumir una inmigración tan masiva,
y nuestro país no puede acoger a tanta gente como quisiera venir y pueda llegar aquí de
una u otra manera.
Pero enfocar la cuestión desde ese punto de vista significa dejar de lado la verdadera
naturaleza del problema. La primera consideración con la que se debería abordar el
tema de la inmigración es que cada caso personal de los que llegan buscando amparo es
una historia de abandono total, de situación desesperada, de una vida sin perspectiva…
algunos la pierden en el intento de mejorarla. En el Estrecho se perdieron más de 7.000
vidas en las últimas décadas: gente joven, adulta, bebés, adolescentes, hombres y
mujeres forman parte de un cementerio marino que se extiende por todo el Mediterrá-
neo porque Europa y el sistema capitalista que gobierna el mundo no da alternativas de
vida a esta masa humana desheredada. Los países europeos, entre ellos el nuestro,
aducen falta de recursos de acogida, pero se paga a Marruecos y otros países norte-
africanos para que bloqueen el flujo de migración.
Pero lo más deplorable de todo este asunto es que le emigración en sí no es el verda-
dero problema sino un síntoma, una consecuencia de la naturaleza del sistema do-
minante tal como es en realidad. La causa que genera el flujo de humanos desesperados
es el expolio de África y America Latina por parte de las potencias imperialistas, los
países ricos del mundo desarrollado, que saquean los recursos de esas zonas, sin
beneficio para sus habitantes, a muchos de los cuales no les queda otra salida que
escapar a donde sea y como sea; no es extraño que esas masas humanas busquen en
otras zonas más privilegiadas una solución que tampoco encuentran. Nuestro mundo
civilizado y superdesarrollado crea problemas que luego es incapaz de resolver. Las
fotos de la crisis de Ceuta nos interpelan a este respecto.