Desde el Foro de Cristianos GASPAR GARCÍA LAVIANA nos dirigimos a
quienes puedan compartir nuestras inquietudes y objetivos: a los sacerdotes que hi-
cieron de la difusión del Evangelio el objetivo de su vida, y a los laicos que se sien-
ten implicados en la tarea de la evangelización. Pensamos que para todos es eviden-
te la crisis del modelo de evangelización en el que la Iglesia está anclada desde ha-
ce bastante tiempo y que tan ineficaz está resultando. Llama la atención el hecho de
que drásticamente viene disminuyendo la asistencia al culto litúrgico y no abunda la
juventud entre los asistentes al mismo. También aumentó considerablemente la me-
dia de edad de los sacerdotes por la escasez de nuevos seminaristas.
En algo nos estamos equivocando. Parece que nuestro modelo de evangelización no
conecta con las inquietudes espirituales y materiales de la sociedad actual. ¿Esta-
mos usando el lenguaje adecuado para proclamar el Evangelio? Y, ¿es realmente el
mensaje de Jesús, los valores del Evangelio, lo que se transmite en el culto eclesial,
tal como está organizado? Nuestros templos parecen más dispensarios de servicios
religiosos: bautizos, bodas, funerales… que hogares de comunidades de seguidores
de Jesús comprometidos con la construcción del Reino de Dios.
Abogaba el papa Francisco por “Una Iglesia de Jesucristo en salida”, que “huela a
pastor y oveja”. Decía que prefiere una “Iglesia estrellada a una Iglesia enferma que
se mira el ombligo”. Es evidente que estaba cuestionando el modelo pastoral que
viene realizando la institución, y que postulaba una toma de conciencia sobre ese
problema y se le busque solución. Nuestro colectivo de sacerdotes y laicos que tie-
ne como referente a Gaspar García Laviana ya había nacido con la vocación de
acometer esa problemática en nuestra diócesis.
Nuestro objetivo no es sustituir ni suplir las deficiencias de alguna instancia ecle-
sial, pero también rehusamos vernos encorsetados por esquemas tradicionales que
perdieron el sentido que pudieran haber tenido en algún momento. No se pueden
poner barreras al Espíritu. La tarea de la evangelización es asunto y responsablidad