Película española del año 2009, dirigida por Alejandro Almenábar, con un guión suyo y
de Mateo Gil. Música de Dario Marianelli, y fotografía de Xavi Giménez. Producido
por Fernando Bovaira. Actores: Rachel Weisz, Max Minghella, Isaac Gutiérrez, Ashraf
Barhom, Michael Lonsdale, Rupert Evans, Richard Durden…
Es un drama histórico que se desarrolla en la ciudad de Alejandría, Egipto, a partir del
año 391 d. C. La protagonista (interpretada por Rachel Weisz) es la matemática, filósofa
y astrónoma Hipatia de Alejandría, que fue asesinada, descuartizada e incinerada por los
seguidores del obispo Cirilo de Alejandría en el año 415.
Inspirado en la novela histórica Hypatia, la mujer que amó la ciencia (2004) de Pedro
Gálvez, la elaboración del guion, que comenzó en 2005, ha corrido a cargo del mismo
Amenábar y Mateo Gil con la colaboración del productor ejecutivo Fernando Bovaira.
El personaje de Hipatia aparece mencionado en los antiguos textos de sus discípulos
Sinesio de Cirene y Hesiquio de Alejandría, así como de su contemporáneo Sócrates
Escolástico, entre otros.
La historia se desarrolla en Alejandría, Egipto, 391 d. C., durante el Bajo Imperio
romano, crisol de las antiguas culturas egipcia, griega y romana. Esa ciudad contaba con
el Museo de Alejandría (templo de las Musas dentro del que se encontraba el Serapeum,
con la segunda Biblioteca de Alejandría, el Cesareum, la Vía Canópica, que atravesaba
Alejandría permitiendo la comunicación desde el ágora con el puerto y el Faro de
Alejandría. Un mundo que iba a quedar sepultado ante el ascenso del cristianismo como
religión hegemónica frente a las otras religiones existentes (la religiones griega, romana,
greco-egipcia y el judaísmo). Hipatia de Alejandría, matemática, astrónoma, filósofa
neoplatónica y símbolo de la sabiduría era considerada una figura del paganismo por los
patriarcas de Alejandría. Parece que la muerte de Hipatia tuvo que ver con la lucha entre
el poder imperial y el poder episcopal, a la que se sumaba la envidia del patriarca Cirilo,
inductor del asesinato, las acusaciones de brujería y hechicería sobre Hipatia, y,
finalmente, la posible acción de cristianos fanáticos, de una turba de cristianos, del
populacho, o los cristianos ortodoxos del círculo de Cirilo. El historiador más cercano a
los hechos, Sócrates Escolástico —muy valorado por su ecuanimidad—, vincula a
Cirilo con el asesinato de Hipatia, al manifestar que «este suceso acarreó no escaso
oprobio tanto a Cirilo como a la iglesia de los alejandrinos». Cirilo debe ser considerado
responsable en gran medida, por ser el instigador de la campaña contra la filósofa, como