le inspiraron. Es decir, si nos limitásemos a enfatizar la figura y la vida de Gaspar no
nos diferenciaríamos de tantas y tantas cofradías dedicadas al recuerdo de tal y tal santo
o santa. A unos/as los moviliza la figura de monseñor Romero y se fijan como objetivo
que se le beatifique y canonice. La figura que mueve a otros/as es la de Carlos de
Foucauld, Francisco de Asís, Ignacio de Loyola o alguno/a de tantos otros. Pero no
tenemos que perder de vista que todos esos santos fundadores de órdenes religiosas, y
figuras como las de Gaspar o Foucauld son sólo reflejos del verdadero modelo a imitar,
del único Maestro al que seguir: Jesús de Nazaret.
Otra aclaración que se debe hacer es que en nuestro entorno social la problemática
iberoamericana, que evoca la figura y la actividad de Gaspar García Laviana, lógica-
mente despierta mucho menos interés que la propia problemática de nuestra sociedad.
Ambas sociedades son víctimas del mismo imperialismo, y en ambas se manifiesta y se
m
aterializa el carácter reaccionario de una
I
glesia que vive de espaldas al
E
vangelio
,
pero
en cada ámbito geográfico se sufren y perciben formas concretas del impacto de esos
factores
. I
ndependiente
m
ente de lo
m
ucho que
G
aspar significa para la lucha de los pueblos
iberoamericanos para su liberación, su ejemplo y su compromiso pueden aportar
también mucho a la lucha que debemos hacer aquí, en la sociedad y en la Iglesia.
En la sociedad, nuestro Foro G.G.L. puede y debe explicar al público la naturaleza de
la relación, económica y militar, de las clases dominantes locales con el poder
imperialista a escala mundial. En la medida de nuestras posibilidades, debemos
concienciar, llamar la atención sobre el hecho de que se está impulsando un proceso de
degradación y pérdida de los derechos sociales: se pretende liquidar, se está liquidando
ya, la sanidad pública en beneficio de la privada, la enseñanza pública en favor de la
privada, el sistema de pensiones, el acceso de los jóvenes a una vivienda…
La misma degradación está experimentando el sistema político que se pretende hacer
pasar por “democrático”. La democracia tiene cada vez menos contenido; de hecho, hay
muy poco margen de diferenciación entre las fuerzas políticas que concurren en las
elecciones. Veamos: en su día un partido de la derecha política decidió, sin duda
presionado por la potencia imperialista, la integración de España en la OTAN. A ese
gobierno derechista le sucedió otro del Partido Socialista pero éste, sin duda presionado
por la misma potencia imperialista, no sólo no anuló la integración en el Pacto Atlántico
sino que hizo todo lo posible por legitimarla con un referéndum a favor de la
permanencia. Aunque no se respetaron las condiciones bajo las que se pedía el sí a la
OTAN (no integrarse en su estructura militar), los sucesivos gobiernos de diverso signo
que siguieron hasta ahora, todos sometidos resignadamente a la potencia imperialista,
no hicieron nada para cambiar esa situación, y alguno de ellos incluso envió tropas de
nuestro país para participar en una de las guerras que la potencia imperialista tenía por
el mundo. Está claro que sea cual sea el partido que gane las elecciones en España, el
tema de la OTAN es intocable.
Es intocable también, sobre todo, el tema del sistema económico. La forma en que se
organiza la economía mundial está especialmente diseñada a favor de quien controla los
medios de producción, el capital. En las actuales circunstancias los gobiernos nacionales