E
E
L
L
C
C
A
A
M
M
I
I
N
N
O
O
D
D
E
E
S
S
A
A
N
N
T
T
I
I
A
A
G
G
O
O
La serie de artículos que se incluyen a
continuación fueron publicados en Espe-
ranto en julio de 2010 en el núm. 85 de la
revista
HELECO
de la Asociación Astu
-
riana de
E
speranto, al que se puede acce-
der a través de la dirección de Internet:
https://carleos.epv.uniovi.es/~faustino/heleco/85/heleco85.html
1
E
ste año
2010
es el
J
acobeo o
A
ño
S
anto de la catedral de la ciudad española de
S
antiago de
C
o
m
postela
. T
al título se asigna a los años en que la celebración de ese santo -el
25
de julio-
coincide con un domingo. Esto está sucediendo este año y no volverá a suceder hasta el
año 2021. La peregrinación al santuario de Compostela es especialmente importante en
esos Años Jacobeos, aunque, de hecho, no cesa y se repite también en los años restantes.
Esta peregrinación a Compostela, no lo desde nuestro país sino también desde muchos
otros países, principalmente de Europa Occidental, se viene realizando desde hace más de
un milenio. Durante la Edad Media, la ruta de peregrinación y la red de sus distintos
ramales eran como hilos que conectaban los distintos centros de la Europa cristiana. La
peregrinación contribuyó a crear, articular y fortalecer las rutas comerciales y los vínculos
políticos y culturales entre los reinos de Europa Occidental que se estaban formando en
ese momento. Recordemos que durante la Edad Media España, toda la Península Ibérica,
fue un campo de batalla de confrontación entre civilizaciones, varios siglos de guerra en-
tre la Europa cristiana y el Islam. Al mismo tiempo, ambas civilizaciones también se
enfrentaron en el otro extremo del Mediterráneo, en Oriente Medio, la Tierra Santa de los
cristianos. Hubo las denominadas cruzadas contra los musulmanes. En ese contexto, el
centro religioso compostelano, el culto allí había al apóstol Santiago y la intensa peregri-
nación por el Camino de Santiago, así como la peregrinación simultánea a Jerusalén,
actuaron como elemento ideológico de auto-consolidación cultural de la identidad común
de los pueblos cristianos, europeos.
La guerra entre civilizaciones tuvo resultados diferentes en ambos extremos del Mediterrá-
neo. En Oriente
,
los cruzados cristianos fueron barridos por los
m
usul
m
anes
. P
osterior
m
ente
surgió un fuerte imperio turco que destruyó al imperio bizantino y amenazó a Europa del
Este en una ofensiva que se extendió por la región de los Balcanes hasta Europa
C
entral
.
M
ientras tanto
,
en
O
ccidente
,
los reinos cristianos de la
P
enínsula
I
bérica
(C
astilla, Aragón
,
P
ortugal
...)
expulsaron a los musulmanes y destruyeron la cultura local en ese territorio.
A consecuencia de este cambio de situación, a partir del siglo XV la peregrinación a
Compostela perdió un poco de vitalidad. Cabe mencionar que, además, surgió dentro de
la Europa cristiana el importante cisma que constituyó la llamada Reforma Protestante.
En los siglos siguientes, las peregrinaciones por el Camino de Santiago nunca recupe-
raron su esplendor medieval. Pero parece que últimamente ese flujo está volviendo a ser
más fuerte. ¿Tiene este fenómeno algo que ver con el fortalecimiento de los lazos inter-
europeos dentro de la Unión Europea en formación y el fantasma de una nueva confron-
tación entre civilizaciones que se insinúa en el horizonte?
En cualquier caso, ahora es una oportunidad apropiada para que dediquemos cierta aten-
ción a la época y circunstancias en las que nació el culto y la peregrinación a Santiago, las
condiciones religiosas, políticas y socioeconómicas de la época, el Camino de Santiago y
su significado religioso y cultural, la arquitectura que caracterizó esa época... Las siguien-
tes páginas están dedicadas a ese estudio.
2
C
uando se habla del origen del culto al
A
póstol
S
antiago en
C
o
m
postela
, m
ás que de
leyenda
podría
m
os hablar de
leyendas
”,
en plural
,
porque hay varias en relación con esta cuestión.
La principal de esas leyendas es la que apareció en la misma época del descubrimiento de
la tumba atribuida al Apóstol. Según esa tradición, Santiago, hijo de Zebedeo y Salomé, y
hermano de Juan Evangelista, predien España, y más concretamente en Galicia, la doc-
trina de Jesucristo sin gran éxito
. S
in e
m
bargo
,
hizo aquí algunos discípulos
-
siete en concreto
-,
que luego le acompañaron a Judea.
D
espués de regresar a Jerusalén
, S
antiago fue arrestado por orden del rey
H
erodes Agripa y
posterior
m
ente condenado a
m
uerte y decapitado
. E
sto último es un hecho hisrico
,
no legen
-
dario
,
pero la leyenda to
m
a el cadáver para continuar después afirmando que los discípulos
de Santiago, guiados por el principal de ellos, un gallego llamado Sonotes, se lo llevaron y
lo transportaron en barco hasta Galicia. No se sabe si la misma leyenda o algún adorno
añadido después, afirma que el barco no era de madera sino de piedra. El desembarco se
produjo en el lugar deno
m
inado Iria
F
lavia. En ese lugar se muestra a los visitantes una co-
lu
m
na de piedra a la que
,
según la leyenda
,
fue a
m
arrado el barco del apóstol
. L
a
m
is
m
a leyen
-
da afir
m
a que había predicado en ese lugar unos años antes
. N
o lejos de allí fue enterrado
el cuerpo de
S
antiago
. E
l descubri
m
iento de esa tu
m
ba pertenece a la historia, pero la leyenda
embelleció ese hecho diciendo que este descubrimiento fue posible porque se vieron estre-
llas brillando sobre el lugar que indicaban la ubicación de la tumba
. D
e ahí que aquel lugar
se llamara Campo de la Estrella, de donde procede el actual nombre de Compostela.
C
o
m
o ya hemos dicho
,
existen otras leyendas relacionadas con el tema de
C
ompostela
,
y con
-
cretamente con el tema de las peregrinaciones a ese lugar, que comenzaron poco después
del descubrimiento del sepulcro y de la construcción de la catedral de esa ciudad y fueron
muy intensas durante el Edad Media. La siguiente leyenda se refiere al emperador francés
Carlomagno (Carlos el Grande). Es registrada en el libro cuarto del llamado Codex
Calixtinus, que es un manuscrito del siglo XII que consiste en una especie de guía para
los peregrinos y que se puede encontrar en los archivos de la catedral de Compostela. Su
contenido sobre la leyenda que tratamos dice que el emperador Carlomagno tuvo una
visión de Santiago quien le dijo:
El camino de estrellas que viste en el cielo significa que de
este país a Galicia debes ir con un gran ejército a luchar contra los paganos traidores.
naciones, y liberar mi Camino y mi tierra, y visitar mi basílica y tumba. Y después de ti,
todos los pueblos irán allí en peregrinación, de mar a mar, pidiendo perdón por sus pecados
y proclamando alabanzas al Señor, a sus virtudes y a las maravillas que ha hecho
. El texto
del Código Calixtino continúa:
Y poco después (el emperador) vio en el cielo cierto camino
que comenzaba en el mar de Frisia y, extendiéndose entre Alemania e Italia, entre la Galia y
Aquitania, pasaba directamente por Gascuña, Vascolandia, Navarra y España hasta Galicia,
donde entonces estuvo escondido, sin conocerse, el cuerpo de Santiago
.
El
ca
m
ino
del que trata la leyenda es el lla
m
ado
L
a
V
ía Láctea, es decir nuestra galaxia,
la brillante franja de
m
illones de estrellas que se puede ver en el he
m
isferio norte en las noches
sin nubes
. E
n
E
spaña otro no
m
bre para este
m
ulo estelar es
C
a
m
ino de
S
antiago
así co
m
o
la ruta de peregrinación por la que se llega a
C
o
m
postela
. E
l e
m
perador
C
arlo
m
agno fue con
-
te
m
poráneo del descubri
m
iento de la tu
m
ba de
C
o
m
postela
,
pero aún así no tuvo nada que ver
con ese hecho
. S
u ejército
,
efectiva
m
ente
,
lucen
E
spaña contra los árabes
,
pero
m
uy lejos
de
G
alicia
,
donde nunca fue a visitar la tu
m
ba co
m
postelana
. L
a leyenda
,
quis
,
nació en
F
ran-
cia
,
de donde, a lo largo de la Edad Media, procedían muchos peregrinos a Compostela.
E
xiste otra leyenda relacionada no con el sepulcro ni con el ca
m
ino de peregrinación sino con
la figura del propio
S
antiago
. E
sta leyenda no es tan antigua co
m
o las anteriores
;
nació unos
siglos después, pero se basa en la afirmación de aquella leyenda anterior que dice que el
apóstol Santiago estuvo en España y predicó aquí. La tradición, que aparece recogida en
un
m
anuscrito del siglo
XIII,
afir
m
a que
m
ientras Santiago y algunos de sus seguidores ora-
ban junto al río Ebro, en Zaragoza, tuvieron una visión milagrosa de la madre de Jesús,
que en aquel
m
o
m
ento aún vivía en Jerusalén, y les pidió que construyeran un te
m
plo dedi-
cado a ella en ese lugar. En ese lugar, en la época en que nació la leyenda, se construyó
una catedral de estilo gótico, que luego fue sustituida por la gran catedral moderna llama-
da del Pilar que hoy existe.
3
P
ara obtener infor
m
ación sobre el
A
póstol
S
antiago
m
ás fiable que la que nos proporcionan
las leyendas
,
consulte
m
os aquellos libros bíblicos del
N
uevo
T
esta
m
ento
,
concreta
m
ente los
Evangelios y el lla
m
ado
Hechos
de los
A
stoles
,
que
,
si bien no son estricta
m
ente libros de his
-
toria
,
sin e
m
bargo
,
infor
m
an con bastante seriedad sobre personajes y aconteci
m
ientos históricos
.
Santiago, hijo de Zebeo, es mencionado varias veces en los textos evangélicos como uno
de los principales discípulos de Jesús, pero no mucho. Por ejemplo, en el conjunto de los
cuatro evangelios, el nombre de María Magdalena aparece más veces que el de Santiago.
El libro del Nuevo Testamento de los
Hechos de los Apóstoles
narra la historia de los dis-
cípulos de Jesús en el tiempo inmediatamente posterior a la desaparición del Maestro. Este
libro trata sobre el desarrollo de la naciente Iglesia, la primera Comunidad de Jerusalén, la
actividad de Pedro y otros apóstoles, y sobre todo, la conversión de Saulo (San Pablo) y
sus viajes para predicar y difundir la doctrina de Jesús.
S
i
S
antiago hubiera e
m
prendido el viaje a
E
spaña
,
que afir
m
a su leyenda
,
sin duda habría que
-
dado registrado en ese libro porque ese viaje habría sido
m
ás largo y notable que el de otros
apóstoles
. P
or eje
m
plo
,
el viaje
m
ás lejano de
P
ablo fue a
R
o
m
a
;
el resto de sus viajes se li
m
i
-
taron a los territorios de
G
recia y
,
sin e
m
bargo
,
ese libro los describe con gran detalle.
P
edro
no fue
m
ás al de
A
ntioqa
,
y el libro infor
m
a sobre eso, pero no dice nada acerca de su viaje
a
R
o
m
a
. E
sto nos per
m
ite suponer que el viaje de
P
edro a
R
o
m
a
,
en el que se basa la preten-
sión de los
P
apas de
R
oma de su autoridad sobre toda la Iglesia, es tan legendario co
m
o el de
S
antiago a
G
alicia
. R
especto al apóstol
F
elipe
,
el libro de los
H
echos
cuenta que fue a
S
a
m
a
-
ria
,
o sea
,
un pequeño viaje a una región entre Judea y
G
alilea
,
y ese libro no desdeña
m
en-
cionarlos
. E
sto nos per
m
ite suponer que si
S
antiago hubiera hecho un viaje tan largo hasta el
otro extremo del Imperio Romano, ese asunto hubiera sido lo suficientemente importante
como para que los Hechos de los Apóstoles lo mencionaran, y si esa mención no existe, lo
más probable es que no haya sucedido.
P
ero hay
m
ás argu
m
entos
. E
l libro de los
H
echos de los
A
stoles
m
enciona a
S
antiago sólo dos
veces
. L
a pri
m
era sólo para indicar que ese apóstol estaba con otros que ta
m
bién se
indican, en el lugar donde solían reunirse -y esconderse- en Jerusalén antes de
P
entecostés.
La segunda mención es, n entre los primeros capítulos del libro, para contar que aquel
apóstol murió decapitado por orden del rey Herodes Agripa. Esto sucedió en el año 43 o
44 de nuestra Era, es decir sólo 13 o 14 años después de la muerte del Maestro Jesús.
P
ara la aclaracn de nuestro asunto
,
la fecha de la
m
uerte de
S
antiago es
m
uy i
m
portante por-
que indica que si se hubiera realizado el viaje de aquel ho
m
bre a
E
spaña
,
no sólo habría sido
el
m
ás largo y lejano de los viajes apostólicos sino ta
m
bién el pri
m
ero de todos los viajes de
los apóstoles, porque los mencionados de Pablo, Pedro y otros apóstoles todos sucedieron
después de esa fecha. Esto haría que el viaje español de Santiago fuera el más importante
y digno de mención entre todos los viajes apostólicos. Y sin embargo, como ya se ha
dicho, esa mención no existe en el libro.
Pero la leyenda es delirante también en otro aspecto. Según ella, el apóstol Santiago fue a
España a predicar el mensaje de Jesucristo y cristianizar a los habitantes de ese país. Basta
leer el mencionado libro de los
Hechos de los Apóstoles
para comprender que esta afirma-
ción de la leyenda es completamente imposible. ¿Por qué? Hay que recordar que inicial-
mente la cuestión cristiana era sólo algo que existía y ocurría en el marco del judaísmo.
Jesús y sus primeros discípulos eran todos judíos. Sólo poco a poco la cuestión se exten-
dió a los miembros de los pueblos no judíos. En aquella época la predicación de los após-
toles estaba dirigida única
m
ente a los
m
ie
m
bros de la etnia judía y a aquellos no judíos que
,
sin e
m
bargo
,
adoptaban la religión judía
,
que se for
m
alizaba
m
ediante la práctica de la cir-
cuncisión
. C
uando los gentiles
(
no judíos
)
sentían interés por el asunto de
J
esucristo y que-
rían recibir el bautis
m
o que for
m
alizaba su adhesión al círculo de seguidores de Jesús
,
el asun
-
to funcionaba como una conversión al judaís
m
o, o sea
,
el círculo cristiano obraba co
m
o una
secta judía en una época en la que había
otras sectas judías y todas ellas hacían conversos
o prosélitos entre los no judíos, y esto significa que, además del bautismo cristiano, e
incluso antes de esa ceremonia, esos conversos también recibían la circuncisión judía.
B
ueno
,
el apóstol
S
antiago fue ejecutado justo cuando apenas se e
m
pezaba a bautizar a los pri
-
m
eros no judíos
. E
so quiere decir que no conocel proceso posterior
,
cuando en el seno de
4
aquella pri
m
era co
m
unidad cristiana surgió una seria controversia sobre si circuncidar o no
a los gentiles antes de su bautismo
. D
espués de la
m
ención de la
m
uerte de
S
antiago
,
el resto
del libro de los
H
echos de los
A
póstoles
,
así co
m
o las cartas o epístolas de
P
ablo
,
están llenos
de descripciones de esa controversia
,
a veces
m
uy aguda
,
entre los partidarios y los oposi-
tores de la circuncisión antes del bautismo. La controversia se convirtió en un problema
tan agudo y serio que los apóstoles decidieron organizar un concilio en Jerusalén para dis-
cutir el asunto y decidir al respecto. Finalmente, la decisión fue que la circuncisión no era
absolutamente necesaria antes y además del bautismo; ese fue el primer paso en el proceso
de separación del cristianis
m
o de la religión judía
,
de la que se deriva
. P
ero
,
co
m
o ya he
m
os
dicho, nuestro Santiago no supo nada de aquellos eventos, porque en aquel momento ya se
encontraba, desde hacía unos años, cómodamente instalado en su tumba, una tumba que
no se encontraba precisamente en Compostela.
Así pues, es una locura pensar que ese apóstol se dedicó a la cristianización de los gentiles
españoles según los criterios que se decidirían en el Concilio de Jerusalén que aún no
había tenido lugar. Pero mayor locura es la otra afirmación de la leyenda, es decir que el
cuerpo de Santiago decapitado fue trasladado desde Judea a Galicia por unos discípulos.
Quienes conozcan las estrictas leyes de la religión judía (a la que, no olvidemos, todavía
pertenecían los apóstoles) en materia de cadáveres, entenderían que este tipo de viajes lle-
vando un cadáver hasta el otro extremo del Imperio Romano es un disparate. Además, in-
cluso si Santiago realmente hubiera predicado en España, ¿por qué debería realizarse este
extraño traslado de su cadáver a ese país? Sus discípulos, suponiendo que existieran, no
podían saber que los españoles de los siglos posteriores necesitarían ese cadáver para
montar la farsa de la peregrinación medieval y para el turismo de los siglos XX y XXI.
Pero si la leyenda sobre la predicación de Santiago en España y el posterior traslado de su
cadáver a este país es un disparate, aún lo es más la otra leyenda, la de la aparición a él de
la madre de Jesús en Zaragoza. Cuando en el siglo XIII quisieron construir una catedral
junto al río Ebro en esa ciudad, en ese lugar había gran cantidad de piedras, columnas y
otros materiales de construcción. Allí fueron reunidos en el siglo I de nuestra Era para la
construcción de un templo dedicado al emperador romano Calígula. Cuando aquel joven
César enloqueció ordenó que se construyeran templos en todas las ciudades del imperio
para adorarlo allí, y que en esos templos ya existentes se colocaran estatuas suyas para ese
culto al emperador. No había ningún problema para que ese culto fuera aceptado en las
ciudades paganas del i
m
perio
,
pero en
J
erusalén el asunto era co
m
pleta
m
ente diferente
. P
a-
ra los judíos este tipo de adoracn es una idolatría que no podían soportar
,
y todo el pueblo
judío, incluidos los cristianos, se opuso a la introducción de una estatua de Calígula en el
Templo de Jerusalén. Esto pudo haber provocado una gran rebelión y masacre en Jeru-
salén y en toda Judea, pero no pasó nada porque el emperador Calígula fue asesinado en
Roma. De hecho, gobernó sólo durante menos de 4 años y su plan para el culto al empe-
rador no se realizó. Se empezó a construir el templo de Zaragoza pero tras la muerte de
Calígula las obras se interrumpieron y los materiales quedaron allí sin cambios durante los
siglos siguientes. Cuando se acometió allí, en la Edad Media, la construcción de una cate-
dral tica dedicada a la Madre de Dios, aquel templo fue llamado de la Virgen del
Pilar. El pilar era una pequeña columna existente allí entre los restos no utilizados de la
época de Calígula. La leyenda que nació como parte de la construcción de la catedral me-
dieval allí afirmaba que sobre ese pilar se había aparecido la madre de Jesús a Santiago y
le había pedido que se construyera en ese lugar una iglesia dedicada a ella. Muchas igle-
sias construidas a lo largo de los siglos tienen una leyenda similar sobre la aparición de la
Virgen pidiendo esa construcción, pero la de Zaragoza se diferencia de todas las demás en
que, en el momento de la supuesta presencia de Santiago en España, aquella señora toda-
vía estaba viva. Es una locura pensar que una mujer judía piadosa, como la madre de Je-
sús, pidiera, cuando aún era un ser terrenal, construir un templo dedicado a ella. Los in-
ventores de esa leyenda atribuyeron a la Señora una de manía como la de Calígula.
Además, en aquella época, cuando la madre y los discípulos de Jesús aún estaban vivos,
ninguno de ellos podía saber qué son las iglesias cristianas. Participaban en el culto judío
del Templo y de las sinagogas, y sus reuniones cristianas específicas para recordar la
Santa Cena se desarrollaban en cualquier lugar. La invención de las iglesias, tal como las
conocemos hoy, no se produjo hasta el siglo IV de nuestra era.
Volviendo al asunto de la tumba de Santiago en España, si concluimos que ese apóstol
nunca estuvo en este país ni vivo ni muerto, ¿a quién pertenece la tumba compostelana?
5
N
uestra historia del te
m
a
J
acobeo debe dar ahora un salto de tres siglos
,
desde el pri
m
er siglo de
la era cristiana hasta el siglo
IV,
la época de
P
risciliano
. P
ara investigar la vida de
P
risciliano
debe
m
os basarnos en los escritos de
P
róspero de
A
quitania
,
discípulo de
A
gustín de
H
ipona
,
que
vivió del año 390 al 455, por lo tanto en una época muy cercana a la muerte de Prisciliano.
S
egún ese autor
,
parece que
P
risciliano nació en la entonces provincia ro
m
ana de
G
allaecia
,
actual
G
alicia
,
en el seno de una fa
m
ilia del orden o clase social senatorial
. H
acia el año
370
viajó a
B
urdigala
,
actual
B
urdeos
,
para estudiar retórica
. E
n las afueras de esa ciudad fundó
una co
m
unidad rigorista según una tendencia
m
uy común en aquella época. Rigorista o no,
parece que durante aquellos años de su juventud Prisciliano no era demasiado proclive al
celibato
. S
e le atribuye algún tipo de relación a
m
orosa con
P
rócula
,
hija de su
m
entor
D
elfidio
.
O
tras fuentes mencionan a una mujer, Gala, como su compañera oficial.
H
acia el año
379
regresó a
G
alicia y se dedicó a la predicación
. V
ale recordar que por enton
-
ces
,
desde la época del e
m
perador
C
onstantino el
G
rande
,
años
313
al 337
,
el cristianis
m
o era
la religión oficial del
Im
perio
R
o
m
ano
. P
ero no era un credo unificado en absoluto
. D
e hecho
,
ya cuando gobernaba
C
onstantino tuvieron lugar i
m
portantes concilios universales de la
I
glesia
,
co
m
o el de
N
icea, para definir dogmas con el objetivo de unificar, sin éxito, el credo de los
cristianos
. L
a
I
glesia oficial
(
en realidad no sie
m
pre la
m
is
m
a tendencia
),
que contaba con el
apoyo de los emperadores, se sentía a su vez obligada a apoyar el poder político imperial,
y para garantizar el orden y la unidad, la jerarquía eclesiástica no dudaba en perseguir a
paganos, judíos y cristianos de otras tendencias, a los que llamaban herejes. Si no se
prestara atención a esto, no sería posible comprender la vida y la muerte de Prisciliano.
S
us ideas lograron un gran éxito
,
principal
m
ente entre las
m
ujeres y los
m
ie
m
bros de las capas
populares
. E
ntre otras cosas
,
rechazó la unión de la
I
glesia y el
E
stado i
m
perial, así como la
corrupción y el enriqueci
m
iento de la jerarquía
. D
ebido a la rápida difusión de su enseñan-
za
,
el obispo
H
iginio de
C
órdoba envió una carta infor
m
ando de la situación a
H
idacio
,
arzobis
-
po de
Emerita Augusta
, actual Mérida, que entonces era la capital de la diócesis española.
E
stos dos obispos
,
junto con Itácio de
Ossonoba
,
la actual ciudad portuguesa de
F
aro, con-
vocaron un concilio en la ciudad de
Cæsaraugusta
,
actual
Z
aragoza
,
en el año
380
con el ob
-
jetivo de condenar las ideas de
P
risciliano
. A
l nodo asistieron dos obispos de
A
quitania y diez
de
E
spaña
. N
o todos los obispos españoles se opusieron a las ideas de
P
risciliano
;
de hecho
,
contó con el apoyo de
I
nstancio y
S
alviano
,
quienes se negaron a participar en el concilio para
dis
m
inuir la autoridad de esa reunión
. O
tro obispo
, S
i
m
posio de
A
storga
,
abandonó el concilio
en su segundo día con el
m
is
m
o propósito
. E
l obispo
V
alerio de
Z
aragoza acep las reco
m
en
-
daciones del
P
apa de
R
o
m
a
, D
á
m
aso
,
de evitar la condena in absentia
(
sin presencia
). P
oste
-
rior
m
ente esos dos obispos, Instancio y
S
alviano, pro
m
ovieron a
P
risciliano a la sede episco
-
pal de
Abula
(Ávila). Con la intención de suavizar el desacuerdo, Instancio y Salviano via-
jaron a Mérida para reunirse con el arzobispo Hidacio, pero luego tuvieron que huir de una
revuelta de fanáticos movilizados por el obispo metropolitano.
L
uego hubo una fuerte disputa por carta entre los seguidores y los detractores de
P
risciliano
.
F
inal
m
ente
,
una carta enviada por
H
idacio a
Am
brosio
,
obispo de
M
ediolanu
m
,
ahora
M
ilán
,
entonces sede de la corte i
m
perial
,
lo convenció de obtener del e
m
perador
G
raciano un rescripto
que excomulgaba y exiliaba a Prisciliano y sus seguidores de sus sedes episcopales.
6
E
n el año
382
, P
risciliano decidió viajar a
R
o
m
a para defenderse
,
pero el obispo de allí
,
el es
-
pañol
D
á
m
aso
,
se encontraba entonces en plena lucha por lograr para la sede episcopal de
aquella capital la pri
m
acía sobre toda la
I
glesia universal y convertirse así en el pri
m
er
P
apa
oficial
. D
á
m
aso se negó a aceptar la visita de
P
risciliano porque no se consideraba co
m
peten-
te para cancelar un rescripto del e
m
perador
. F
inal
m
ente
, P
risciliano se dirigió a
M
ilán y aprove-
c la ausencia de
G
raciano para convencer a su
m
áximo
m
inistro
(m
agister officioru
m)
de can-
celar el anterior decreto imperial. De esta manera pudo regresar a España tras consolidar la
situación de su grupo y además conseguir que Itacio fuera acusado de perturbar a la Igle-
sia. El vicecónsul Volventius ordenó el arresto del obispo antipriscilianista y éste se vio
obligado a huir a
Civitas Treverorum
(Trévero), bajo la protección del obispo Britto.
E
n el año
383
,
el gobernador de la provincia ro
m
ana de
B
ritania
,
el español
M
agno
C
le
m
ente
M
áxi
m
o
,
se dirigió a la
G
alia
(
hoy
Francia)
al
m
ando de un ercito de
130.000
soldados en rebe-
ln contra el e
m
perador
G
raciano
,
quien
m
ás tarde fue capturado y asesinado por los soldados
del rebelde que se proclama emperador de la parte occidental del Imperio Romano. Pero el
e
m
perador de la parte oriental, Teodosio
,
ta
m
bién espol
,
se niega a acceder a la usurpación
y se dispone a ir a la guerra contra el usurpador
. E
n esta tensa situación
,
el nuevo e
m
perador
C
le
m
ente
M
áxi
m
o aspira al apoyo de la Iglesia católica, que, a su vez, necesita el apoyo ins
-
titucional del i
m
perio para hacer frente a los distintos
m
ovi
m
ientos disidentes
:
arrianos, nova
-
cianos, nicolaítas, ofitas, maniqueos. Y por último también los priscilianistas.
A
quella alianza
, m
utua
m
ente beneficiosa entre el e
m
perador y la Iglesia
, m
arcó el desarrollo
ulterior del asunt
o. L
a Iglesia oficial se enfrentaba a un
m
ovi
m
iento
m
uy popular extendido por
toda la península Irica y gran parte de la
G
alia, y el e
m
perador
M
áxi
m
o quiso pagar el apoyo
del clero condenando oficial
m
ente el priscilianis
m
o
. P
ero la aplicación de la sentencia contra
cualquier herejía incluye la confiscación
,
por parte del
E
stado
,
de todos los te
m
plos de la secta
,
lo que no interesaba a la jerarquía eclesstica ni convenía al e
m
perador
. E
ntonces
,
se ideó un
tipo de proceso cuyo objetivo era condenar a los obispos priscilianistas por
m
aleficiu
m
(
prac
-
ticar brujería
). E
ste tipo de sentencia
, m
ás favorable al tesoro imperial, incluía la requisa de
los bienes personales del acusado sin tocar los bienes de la iglesia.
A
,
se convo un nuevo concilio en
B
urdeos
,
al que
P
risciliano y algunos de sus seguidores
decidieron asistir, y en él condenaron nuevamente la herejía priscilianista, pero de esa reu-
nión, en realidad, lo lograron la reinstalación de Itacio en su sede episcopal. Durante el
desarrollo de aquella asamblea, una multitud enloquecida apedreó a una discípula de Pris-
ciliano. Éste abandonó el sínodo y se dirigió a Tréveris, en Alemania, sede de la corte de
Máximo, para convencer al emperador de que pronunciara un veredicto a su favor. Pero en
esa ciudad Itacio de Ossonoba ya había tejido la red que pondría fin a su vida.
E
n el año
385
, P
risciliano llegó a Tréveris donde fue acusado, por medio de Evodio, minis-
tro del emperador, de practicar brujería, magia, abortos, astrología cabalística… Mediante
torturas consiguieron que el propio Prisciliano se declarara culpable de todos los cargos.
F
inal
m
ente fue decapitado y la
m
is
m
a suerte corrieron sus seguidores
: F
elicísi
m
o
, A
r
m
e-
nius
, E
ucrocia
, L
autroniano
, A
urelius y
A
sarinus
. P
or pri
m
era vez una autoridad secular ejecu
-
taba sentencias de muerte dictadas por un tribunal eclesiástico.
I
n
m
ediata
m
ente después del proceso de
T
réveris
,
el e
m
perador Máximo envió dos comisio-
nados a España para purgar todas las sedes episcopales de todo resto de priscilianismo,
iniciándose un proceso de ejecución y deportación de priscilianistas con exageraciones
que finalmente despertaron el rechazo de algunos sectores de la iglesia oficial, desconten-
tos con el curso de los acontecimientos.
En el año 388 Máximo fue derrotado por Teodosio y posteriormente decapitado. La situa-
ción se invirtió de tal manera que Itacio de
Ossonoba
fue excomulgado en el año 389 por
su implicación directa en el proceso judicial contra Prisciliano. Ese año unos discípulos de
Prisciliano viajaron a Tréveris para exhumar los restos de su maestro y llevarlos a Galicia.
Finalmente los enterraron en las proximidades de un lugar que después de mucho tiempo
recibió el nombre de Compostela.
T
ras la ejecución de
P
risciliano su
m
ovi
m
iento persistió con fuerza durante al
m
enos dos si-
glos
,
principal
m
ente en
G
alicia
,
co
m
o lo de
m
uestran los sucesivos concilios convocados para
tratar el te
m
a
. T
odavía a
m
ediados del siglo
V,
cuando ya había caído el
Im
perio
R
o
m
ano de
O
ccidente
, T
oribio
,
obispo de
A
storga
,
se dedicaba a confiscar libros priscilianistas
,
que eran
conservados por los entonces seguidores de ese movimiento.
E
l asunto perduró durante algún tiempo pero finalmente la tradición priscilianista y la
memoria de la identidad del ocupante de su tumba se fueron perdiendo paulatinamente.
7
E
l siguiente evento relacionado con
S
antiago y su tu
m
ba española tuvo lugar unos siglos
m
ás tar-
de
,
concreta
m
ente en el siglo
VIII. P
ara entonces el asunto de
P
risciliano ya haa sido total
-
m
ente olvidado en
E
spaña
. E
ntonces
,
cuando se descubrió su tu
m
ba
,
se asignó otra identidad
al ocupante del atd
. P
arece que la elección de la identidad de aquella tu
m
ba gallega tenía
relación con la situación de España en aquel momento. Veamos brevemente esa situación.
A m
ediados del siglo
V,
la parte occidental del
Im
perio
R
o
m
ano se derru
m
a resultas de la
invasión de pueblos rbaros del centro y norte de
E
uropa que
,
luego
,
ocuparon el territorio
.
D
urante algún tie
m
po
,
el territorio espol estuvo disputado
m
ilitar
m
ente por algunos de esos
pueblos
:
suevos
,
alanos
,
ndalos... Final
m
ente
,
toda la
P
enínsula
I
rica quedó do
m
inada por
el pueblo ger
m
ánico de los godos
,
que establecieron un reino visigodo que duró hasta el año
711. Ese año se produjo la invasión de España por las tropas árabes que llegaron por el Es
-
trecho de
G
ibraltar
. E
n el transcurso de tres o cuatro años
,
los árabes conquistaron toda la
P
en
-
sula Ibérica
. E
n la historia de
E
spa se deno
m
ina
R
econquista al periodo de casi ocho siglos
previo a la recuperacn co
m
pleta de las tierras conquistadas por los
m
usul
m
anes
. E
sa recon-
quista tuvo un inicio real en el año
722
,
cuando tuvo lugar en
A
sturias la llamada
“B
atalla de
C
ovadonga
. E
n realidad
,
aquella batalla fue una acción de guerrilla contra los árabes en la peri
-
feria del gran i
m
perio islá
m
ico cuyo centro estaba entonces en
D
a
m
asco y se extendía
,
por todo
el norte de
Á
frica
,
hasta
E
spaña
. T
anto la victoria cristiana de
C
ovadonga co
m
o la consolida-
ción del
,
por otra parte
m
uy inestable
, R
eino de
A
sturias
,
cuyo pri
m
er rey fue
P
elayo
,
fueron
posibles porque por entonces en el seno del i
m
perio árabe surgió una grave discordia entre la
dinastía gobernante de los
Om
eyas y los descendientes de la familia del profeta
M
aho
m
a
. C
o
m
o
resultado de aquella guerra inter-árabe se fundó otro centro califa en
B
agdad
,
y de la
m
atanza
en la que perecieron los omeyas se salvó un niño que esca a
E
spa y
m
ontó aquí un e
m
irato
o califato independiente en rebelión contra el centro islámico de Bagdad.
E
l hecho de que en entonces los árabes estaban
m
uy ocupados luchando entre ellos per
m
itió
que el
R
eino de
A
sturias se consolidara y desarrollara
. P
ero durante casi dos siglos la existencia
de ese reino fue
m
uy inestable y precaria pues no faltaban discordias y guerras internas ta
m
bién
en su seno
. E
l descubri
m
iento de la
m
isteriosa tu
m
ba co
m
postelana se produjo exacta
m
ente en
aquel período
,
reinando en
A
sturias
A
lfonso
II,
bisnieto de
P
elayo
, v
encedor de
C
ovadonga
.
E
n el o
818
,
u
814
según otra versión
,
un er
m
itaño co
m
unial obispo
T
eodo
m
iro de
I
ria
F
lavia
(
actualmente ciudad de
P
adrón
)
que había visto luces
m
isteriosas
,
co
m
o estrellas
,
en el
bosque lla
m
ado
L
ibredón
. E
se lugar fue llamado después
C
o
m
postela
(C
a
m
po de estrellas
).
E
s
obvio que las leyendas aparecen persistente
m
ente en todo lo relacionado con
S
antiago. Esa
leyenda de las estrellas o luces
m
isteriosas sobre la tu
m
ba de
C
o
m
postela no es la últi
m
a que
vere
m
os de este personaje
m
ítico
. E
l obispo
T
eodo
m
iro tras exa
m
inar la tu
m
ba
,
que se hallaba
en un antiguo cementerio de época romana, declaró que pertenecía al apóstol Santiago.
Recibida esta información, el rey Alfonso II, cuya corte se encontraba en Oviedo, se des-
plazó con su familia al lugar donde se encontró la famosa tumba. La corte del Reino de
Asturias, en constante lucha contra los árabes que aún ocupaban gran parte de la Península
Ibérica, entendió que era muy posible organizar, a partir del culto a Santiago y sus reli-
quias, una fuerte movimiento religioso, político y económico hacia la lucha contra invaso-
res de otra religión y cultura como los árabes musulmanes del Emirato de Córdoba. De
hecho, el descubrimiento de esa tumba contribuen gran medida a la consolidación del
Reino de Asturias y a la posterior continuación de la centenaria guerra de Reconquista
contra los musulmanes en España.
8
E
n el lugar donde se encontró el sepulcro, que el obispo
T
eodo
m
iro atribuyó al apóstol
S
an
-
tiago
,
se construyó una iglesia
,
que fue sustituida
,
a finales del siglo
IX,
por otra
m
ás grande
m
andada construir por el rey
A
lfonso
III. E
ste te
m
plo fue destruido en el año
997
durante un
ataque del caudillo árabe Al-Manzor. Esta campaña supuso una gran destrucción y saqueo
en la parte gallega del Reino de Asturias, y la ciudad fortificada que se había formado al-
rededor de la iglesia a lo largo de siglo y medio quedó completamente destruida.
Sobre las ruinas de la iglesia se inició otra nueva por orden del rey Bermudo II, pero pos-
teriormente, en el año 1075, se acometió la construcción de una catedral románica por ini-
ciativa del obispo
D
iego
P
eláez y bajo la dirección del arquitecto
E
steban
. E
se te
m
plo, cuya
i
m
agen aparece en las
m
onedas españolas de uno
,
dos y cinco cénti
m
os de euro, fue ter
m
inado
en el año
1122
,
en tie
m
pos del arzobispo
G
el
m
írez
. Por entonces
, la reconstruida ciudad
compostelana era una de las más importantes del territorio cristiano de España.
L
a ciudad e
m
pezó a to
m
ar for
m
a en torno a la catedral
. E
n ella se instalaron la nobleza y las
principales órdenes eclesiásticas
. E
n aquella época
C
o
m
postela recibía
m
ultitud de peregrinos
,
la
m
ayoría procedentes de
F
rancia y otros países de
E
uropa occidental
. L
a ciudad dea dispo-
ner de un gran número de posadas para tal cantidad de visitantes.
L
a tendencia a realizar peregrinaciones a
C
o
m
postela
,
especial
m
ente durante la
E
dad
M
edia
,
era especial
m
ente religiosa
. L
a peregrinación a Tierra Santa era entonces imposible o muy
difícil
. A
,
quienes querían obtener el perdón de sus pecados peregrinaban a Roma, pero
principalmente a Compostela. Para algunos peregrinos, aquel viaje a Galicia y a Finisterre
era como un viaje iniciático, muchas veces relacionado con el arte de la construcción.
A
ctual
m
ente no es fácil captar el espíritu de aquella época
,
pero parece que para los pueblos
antiguos la construcción era co
m
o un arte
m
ilagroso
, m
ágico y sagrado
,
y los practicantes de
ese oficio tenían organizaciones y rituales de iniciación especiales
. P
ues bien
,
según algunos
historiadores, la peregrinación a Compostela era parte esencial de este tipo de iniciación.
T
a
m
bién los alqui
m
istas
,
cabalistas cristianos y otros investigadores sen las tradiciones anti
-
guas y medievales, como ermitaños y místicos, consideraban Compostela como un lugar
mágico o sagrado y peregrinaban hasta allí. Sin olvidar también a los que viajaron por
placer; el turismo no es un invento moderno.
Una visitante importante de la ciudad, cuyo recorrido por el Camino de Santiago se inició
en Francia, fue Hildegard Von Bingen, visionaria, filósofa, botánica y mística procedente
de la Alemania de finales del siglo XI. Quizás fue ella quien escribió el célebre
Codex
Calistinus
, considerado la primera guía turística de la historia. En él se registran las
vivencias del Camino Francés a Compostela.
Además de la catedral, Compostela cuenta con otros lugares y monumentos interesantes,
todos ellos de estilo y ambiente medieval, como algunos monasterios, el museo diocesano,
el propio museo de la catedral, la plaza de la
Obradoiro
(esa palabra significa taller de los
canteros porque fue el lugar donde se trabajaron las piedras para la construcción de la
catedral), el palacio episcopal construido por orden del arzobispo Gelmírez, la iglesia de
San Fructuoso, el colegio de San Jerónimo... Pero lo más interesante es que la parte
antigua de la ciudad, que rodea la catedral, conserva el aspecto medieval y, por tanto, es
un lugar muy interesante desde el punto de vista histórico.
En la época de los llamados Reyes Católicos se construyó la Posada Real. A principios del
siglo XVI, por iniciativa del arzobispo Fonseca, se creó la Universidad de Compostela.
Esa ciudad es una de las principales españolas desde el punto de vista histórico y arqueo-
lógico, y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.
9
P
arece que todo lo referente a la figura de
S
antiago en su relación con
E
spaña
debe ser objeto de mitos y leyendas. Ya hemos visto aquellas leyendas so-
bre la predicación del apóstol Santiago en España, las del traslado de su
cadáver desde Judea a Galicia, las leyendas sobre el descubrimiento de la
tumba de Compostela y sobre el sueño del rey Carlomagno.
P
ues bien
,
vea
m
os ahora otro
m
ito i
m
portante sobre la intervención del após
-
tol en la
H
istoria de
E
spaña. Se trata de aquel título de
M
ata
m
oros
asignado
en nuestro país a
S
antiago con su significado de
m
asacrador de
m
oros. ¿Por
qué se le dio ese extraño título al apóstol? La leyenda apareció en el siglo
XIII. Primero veamos el contenido de la leyenda y luego abordemos los
motivos de su aparición.
R
ecorde
m
os que durante casi
8
siglos el territorio de la
P
enínsula
I
bérica era
un ca
m
po de batalla entre la civilización cristiana situada en
E
uropa y la civili
-
zación islá
m
ica que se extendía desde
O
riente
M
edio por todo el norte de
Á
fri-
ca hasta la península ibérica. En ese contexto nac el culto al apóstol
S
antiago
y su supuesta tu
m
ba, así co
m
o la peregrinación de toda
E
uropa a
C
o
m
postela
.
L
a leyenda de
S
antiago
M
ata
m
oros afir
m
a que durante la pri
m
era etapa de esa
lucha de civilizaciones
,
cuando el reino cristiano de
A
sturias era
m
uy débil,
tenía que pagar un tributo anual al poderoso
Em
irato de
C
órdoba. El tributo
consistía en cien jóvenes vírgenes
. S
egún la leyenda
,
ese tributo se pagó duran-
te
m
uchos años pero reinando
R
a
m
iro
I,
dicho
m
onarca quiso dejar de pagarlo
y esto provocó una guerra contra los árabes, a quienes les daban el no
m
bre de
“m
oros
en
E
spaña
. E
l resultado de aquella guerra se decidió en la lla
m
ada
B
a
-
talla de
C
lavijo
,
en el año
844
en un lugar a
25
ki
m
etros al sur de la ciudad
de
L
ogroño
. A
l inicio de la batalla, el
22
de
m
ayo
,
las cosas fueron
m
al para
los co
m
batientes cristianos
,
quienes fueron rodeados
,
al final del a
,
en el
m
on
-
te
L
anturce
. P
area seguro que las tropas cristianas serían destruidas al día si
-
guiente
,
pero esa noche
S
antiago se apareció en sueños al rey
R
a
m
iro pro
m
e
-
tiendole ayuda en los co
m
bates del día siguiente
. C
uenta ade
m
ás la leyenda que
,
en verdad
,
durante la batalla el apóstol
S
antiago aparec entre los caballeros
cristianos sobre un caballo blanco y sosteniendo en su
m
ano izquierda un es
-
tándarte blanco con una cruz roja y en su
m
ano derecha una espada con la que
hizo una gran
m
atanza entre las tropas
m
usul
m
anas
,
hasta alcanzar, sobre la
hueste
m
ora una gran victoria que puso fin al pago del tributo
. E
so es i
m
proba-
ble
. N
o lo es leyenda la cabalgada de
S
antiago en la batalla de
C
lavijo
,
sino que la batalla misma es una invención
m
ítica y quizás ta
m
bién el
ho
m
enaje de las cien doncellas
. E
n efecto
,
durante
m
ás de un siglo el
R
eino de
A
sturias er
a m
uy débil respecto al poderoso
Em
irato de
C
órdoba y es
m
uy
probable que tuviera que pagar
,
durante algunos periodos
,
algún tipo de tributo
a los árabes
,
pero parece que el tributo consisa en otro tipo de carne, es decir
ani
m
ales para carne
,
principal
m
ente vacas
,
pero no
m
uchachas
. A
de
m
ás
,
hay
otros ele
m
entos en esa leyenda que carecen por co
m
pleto de lógica
. S
egún la
leyenda
,
el pago del tributo se inició reinando
M
auregato
,
años
783-789
,
y la
batalla que puso fin al tributo tuvo lugar en el o
844
. P
ues bien
,
debe
m
os
considerar que dentro de ese periodo transcurrió el largo reinado de
A
lfonso
II,
y ese
m
onarca derro varias veces a los
m
oros
,
saqueó la ciudad de
L
isboa en
el año
798
aprovechando proble
m
as internos en el
Em
irato
Á
rabe de
C
órdoba y
venció a los árabes en la batalla de
A
uceo en el año
825
. A
de
m
ás
,
conquistó y
repobló gran parte del territorio árabe en
G
alicia
, L
eón y
C
astilla
.
Es evidente
que si entonces existiera ése u otro tributo del Reino de Asturias al Emirato de
Córdoba, aquel rey habría podido poner fin a su pago por sus victorias.
S
in e
m
bargo
,
no falta quien en
E
spaña piensa que todo lo relacionado con la
aventura española del astol
S
antiago es una verdad histórica
:
su predicacn
en
E
spaña
,
su entierro en
C
o
m
postela
,
la estrella brillante indicando el lugar de
su tu
m
ba y ta
m
bién su intervencn en la batalla de Clavijo
. E
n algún
m
onasterio español se
m
uestra a los visitantes de su
m
useo una herradura
perdida por el caballo blanco de
S
antiago en aquella batalla de
C
lavijo
. L
a
iconograa de
S
antiago en Clavijo es abundante
; E
n muchas iglesias de
España, y también de Hispanoamérica, existen pinturas y estatuas en las
que aparece Santiago sobre un caballo blanco masacrando sarracenos.
¿C
uándo y por qué nació esa leyenda
? C
o
m
o ya he
m
os dicho
,
apareció en el
siglo
XIII. L
os historiadores de los siglos anteriores nada dicen sobre esa ba-
talla
. E
l arzobispo de
T
oledo
, R
odrigo Ji
m
énez de
R
ada
,
fue el pri
m
er histo-
riador en
m
encionarla en su obra
D
e rebus
H
ispaniæ
del año
1243
. E
n aquella época seguía
existiendo la lucha entre cristianos y
m
usul
m
anes
,
pero la situación política era muy distinta de la de
cuatro siglos antes.
E
n aquella época existían varios reinos cristianos en la
P
enínsula Ibérica
: L
eón
,
C
astilla
, P
ortugal
, A
ran
, N
avarra
...
luchando contra los árabes del sur
,
que
,
una vez desaparecido el
Califato de Córdoba, se dividieron en varios reinos
. D
urante ese largo peodo ta
m
bién hubo luchas
entre los reinos árabes
,
a veces con aliados cristianos
. L
os reinos cristianos ta
m
bién luchaban alguna
vez entre ellos
,
a veces con aliados
m
usul
m
anes
. E
incluso hubo batallas en las que
,
en a
m
bos bandos
,
había cristianos y
m
usul
m
anes
. P
ero el esque
m
a general era que los cristianos eran conscientes de
estar en
un proceso de cruzada que en este país recibió el no
m
bre de
“R
econquista
enca
m
inado a la
expulsión de los
m
usul
m
ane
s. F
ue para ali
m
entar ese senti
m
iento y vocación que aparecieron
leyendas como la del Clavijo.
P
ero había otra ran adicional
. E
n relación con la noticia de aquella batalla de
C
lavijo
,
apareció el
concepto del
V
oto de
S
antiago
,
consistente en un ho
m
enaje especial que los habitantes de todos los
reinos cristianos de
E
spaña dean rendir a la diócesis de
C
o
m
postela co
m
o agradeci
m
iento por la
ayuda de
S
antiago en la batalla de
C
lavijo
. E
ste i
m
puesto o tributo se su
m
aba al entonces habitual
deber de todos los cristianos de pagar los diez
m
os y pri
m
icias a la Iglesia
. E
l pago de este im-
puesto a la catedral compostelana continuó hasta el año 1812, cuando fue abolido por las Cortes
Constituyentes de Cádiz.
10
Poco después del descubrimiento en Compostela del sepulcro atribuido desde un principio
al apóstol Santiago, comenzaron a llegar visitantes que, en aquellas primeras décadas, a
mediados del siglo IX, procedían de los territorios del norte de España que entonces
constituían el Reino de Asturias. Pero ya a partir del siglo X, un número considerable de
peregrinos de varios países europeos se dirigían a ese lugar a través de una ruta que desde
entonces se llama Camino de Santiago.
El Camino, desde Compostela, se extendía, con bifurcaciones, hasta el centro de Europa,
pero los tramos más conocidos de esa ruta comenzaban en Francia. De hecho, el principal
y más transitado camino hacia Compostela era el llamado “Camino Francés”. Esa línea
viaria conectaba la ciudad francesa de Saint-Jean-de-Pied-de-Port con la ciudad jacobea
de Compostela. En esa ciudad francesa conectan otros ramales de carreteras cuyo origen
se encuentra en otros lugares de Francia (París, Vézelay, Le Puy-Arlez), Alemania y otras
regiones europeas.
El recorrido del Camino Francés a Compostela es: Saint-Jean-de-Pied-de-Port, Ronces-
valles, Zubiri, Pamplona, Puente-de-la-Reina, Estella, Lizarra, Logroño, jera, Santo
Domingo de la Calzada, Belorado, Agés, Burgos, Hontanas, Boadilla del Camino, Carrión
de los Condes, Castillo de los Templarios, Burgo Ranero, León, San Martín del Camino,
Astorga, Foncebadón, Ponferrada, Villafranka del Bierzo, O Cebreiro, Triacastela, Sarria,
Portomarín, Palas del Rey, Arzúa, Pedrouzo, Compostela. Un total de 31 tramos o etapas.
Al final de cada etapa había albergues para los peregrinos, y en las proximidades del
Camino había numerosos monasterios, iglesias y otros lugares de interés, importantes
desde el punto de vista cultural y religioso, interesantes para los peregrinos.
Entre los motivos de los peregrinos medievales parece que destaca el fervor religioso, o
más concretamente, la intención o deseo de arrepentirse o rezar por el perdón de los
pecados. La peregrinación a Jerusalén tenía el mismo incentivo, pero ya no era posible
después de la época de Saladino (a finales del siglo XII), cuando ese príncipe musulmán
reconquistó la Ciudad Santa de la cristiandad e impidió a los europeos visitar ese lugar.
De hecho, desde entonces la peregrinación a Compostela se ha intensificado. Se puede
decir que el siglo XIII vio el auge del culto a Santiago de Compostela. No es casualidad
que la mayoría de las catedrales y grandes iglesias a lo largo del famoso Camino perte-
necen al estilo de arte gótico que floreció en ese siglo.
En relación al Camino y la peregrinación por él, cabe recordar lo que afirmó Goethe al
respecto, es decir, que Europa se creó peregrinando a Santiago de Compostela. El Camino
de Santiago fue la cuna de la unidad cultural de Europa. Por él circulaban, además de
estilos artísticos y musicales, también ideas, intercambios y el sentimiento de pertenencia
a una cultura basada en una religión común, en una época en la que la religión era como el
alma de toda cultura o civilización. No hay que olvidar que no lo en el lejano Reino de
Jerusalén sino en la propia España la cultura cristiana se oponía militarmente al
islamismo, otra cultura basada en la religión.
Otro aspecto digno de mención de la influencia del Camino fue el que concierne al
progreso del comercio. Los reyes cristianos de los reinos españoles permitieron que los
comerciantes extranjeros se establecieran en las ciudades existentes a lo largo del Camino.
Como resultado, en aquellos lugares abundaban comerciantes de diversas etnias
11
extranjeras: lombardos, borgoñones, ingleses, alemanes, provenzales... Esto contribuyó a
la formación de una especie de cultura urbana en un territorio donde antes lo había
agricultores sujetos al poder de señores feudales.
Además del comercio, en ese entorno floreció también la medicina. En varios lugares del
Camino había hospitales para los peregrinos que enfermaban. Parece que fue en la ciudad
de Burgos donde se utilizó por primera vez el cloroformo como anestesia. Muchos
médicos, en su mayoría judíos, se dedicaron al cuidado de los enfermos y heridos entre la
multitud de viajeros y habitantes de esa larga franja de tierra.
Otra característica del Camino de Santiago en España fue que éste sirvió como cauce o
canal de difusión de la influencia de Cluny primero y del cisterciense después.
Expliquemos qué significa eso. Cluny es una pequeña localidad francesa donde, en el
siglo XI, se fundó un importante monasterio o abadía de la orden benedictina. Aquella
abadía era, por así decirlo, cabecera o lugar principal de todos los monasterios
benedictinos existentes en Europa, y a lo largo del Camino de Compostela, abundaban
estos monasterios. Esta orden religiosa, muy poderosa e influyente durante los siglos XI y
XII, impulsó el estilo artístico románico en la construcción de catedrales y otros centros
religiosos. Las iglesias románicas y construcciones de este tipo abundan en las
proximidades y en los pueblos del Camino. La propia catedral de Compostela pertenece a
ese estilo. Posteriormente, a partir del siglo XIII, floreció otro tipo de construcción, el arte
gótico. Ésta fue impulsada por otra orden religiosa, la cisterciense, que competía con la
cluniacense en poder, influencia y riqueza. Ambas órdenes eran esencialmente de origen
europeo, y la influencia que tuvieron en la España cristiana se evalúa de manera diferente
según se aprecie o no la cultura europea y su influencia en la Península Ibérica. En el caso
concreto de estas dos órdenes religiosas, la influencia en España no sólo estuvo
relacionada con el estilo del arte constructivo sino también, y sobre todo, con el culto o
ritual del cristianismo español. Es decir, ambas órdenes fueron propagadoras y promotoras
del rito latino, que luego se utilizó en toda Europa occidental. Como es sabiso, en
Bizancio y otras Iglesias de Oriente usaban, y continúan usando hoy, su propio ritual para
el culto cristiano. Pero quizás no sea tan conocido que en España existió hasta la Edad
Media un peculiar ritual, llamado mozárabe. Fue precisamente en esa época de poderosa
influencia de las órdenes extranjeras cuando el ritual mozárabe desapareció total o casi por
completo incluso según las órdenes de los reyes cristianos de España.
Pero, recíprocamente, España y los asuntos españoles también influyeron de una forma u
otra en Europa, como el propio culto al apóstol Santiago y las informaciones sobre los
viajes por el Camino de Santiago, que florecían en aquella época en toda Europa Occi-
dental. Además, muchas obras antiguas de la cultura helénica que se conservaron entre los
árabes, pasaron por España al resto de Europa.
Por otro lado, también cabe destacar que la lengua española nació en el entorno geográfico
del Camino.
12
Aunque nos ocupamos principalmente de la parte española del
Camino, que es continuación común de todos los ramales de
otros países, conviene prestar atención a que las características
que comentaremos, de las edificaciones próximas al Camino de
Santiago, también se aplican a los tramos franceses, alemanes...
del Camino. Es decir, en cuanto a los estilos constructivos de las
catedrales, monasterios, iglesias, castillos... del Camino de Com-
postela, habrá que hacer especial mención al románico y al gótico
porque florecieron en la época en la que se iniciaba el Camino de
Santiago. Santiago estuvo muy transitado. Pero cuando se trata de
esos siglos, por supuesto, los edificios románicos y góticos no
son algo específico del Camino de Santiago y sus alrededores, si-
no de toda la entonces parte cristiana de la Europa Occidental.
Pero ocurre que a lo largo del Camino de Compostela abundaban
más que en el resto de zonas todo tipo de construcciones: cas-
tillos, iglesias, catedrales, posadas y hospitales para los peregri-
nos e incluso importantes y artísticos puentes como el que da
nombre al ciudad de Puente de la Reina, y no sólo eso, sino que
también ciudades enteras, incluso grandes, fueron durante la
Edad Media elemento ornamental y hospitalario del Camino:
Pamplona, Logroño, Burgos, León, Astorga, Ponferrada...
E
l estilo artístico ro
m
ánico floreció en
E
uropa entre los siglos
XI
y
XIII. Pero en algunos lugares (Cataluña y Asturias en territorio
español
)
hubo una etapa inicial conocida co
m
o
prerro
m
ánica
.
Se
trata de un prerrománico, en el que aparecen algunos elementos
del arte de construcción ro
m
ánico
. P
recisamente en la época del
R
ei
-
no de Asturias, cuando se descubrió el sepulcro compostelano, en
el territorio asturiano aún se conservan algunos famosos monu-
m
entos prerro
m
ánicos
: I
glesia de
S
an
M
iguel de
L
illo
,
iglesia de
S
an
María de la Naranco (antiguo palacio real del siglo IX, y otros.
Después de ese inicio en algunos lugares, alrededor del año 1000
en toda la Europa cristiana, surgió una tendencia a construir
según un estilo que representara esa cultura naciente. Se trataba
del estilo románico, aunque el término "románico" para definir
dicho estilo no apareció hasta 1820. La difusión de este primer
arte constructivo europeo fue posible gracias a la reforma monás-
tica de la orden cluniacense fruto de una profunda revisión del las
comunidades benedictinas. El monasterio de Cluny, fundado en
el año 930, fue el gran centro impulsor de la reforma y a través de
los monasterios de la orden el arte románico se extendió por el
mundo cristiano de Europa.
En España, y en el Camino de Santiago o sus alrededores, entre
los monumentos románicos destacan, además de algunos puentes
del siglo XII, la ermita octogonal de Santa María de Eunato, la
iglesia de San Pedro de la Rúa en Estella, ruinas restos del
castillo de Belorado y del monasterio de la misma localidad,
restos antiguos del monasterio de San Millán de la Cogolla, mo-
nasterio de "Las Huelgas" (Burgos), iglesia-fortaleza de Santa
María la Blanca en Carrión de los Condes, el monasterio bene-
13
dictino de Santa Facundo en Sahagún, la iglesia de San Martín
en Tierra de Campos, el monasterio de San Isidoro en la ciudad
de León, la catedral de Astorga, la iglesia de Santiago de
Villafranca del Bierzo, el monasterio benedictino de Samos, la
iglesia del Salvador de Vilar de Donas y, por último, y sobre
todo, la propia catedral de Santiago de Compostela.
El otro estilo constructivo de la época dorada del Camino de
Santiago es el llamado gótico. Este arte de construcción es algo
misterioso. En primer lugar, está el hecho de que apareció de
repente. No hubo una etapa pre-gótica que anunciara su
aparición (como ocurrió con el románico), ni tampoco hubo un
estilo de transición entre el románico y el gótico. El hecho de
que existan opiniones variadas y diferentes sobre el origen y la
fuente de este arte muestra hasta qué punto lo rodea el misterio.
Además, a diferencia de otros estilos, que se fueron
perfeccionando con el paso del tiempo, este estilo de arte gótico
nació perfecto, clásico en su estilo, y el desarrollo posterior fue
una degeneración del modelo. De hecho, las primeras catedrales
góticas, construidas en Francia, se consideran el modelo clásico
o básico del estilo. Sus principales características son las
bóvedas apoyadas sobre cruceros ojivales, puertas de arco
ojival, balcones, muros con contrafuertes, vidrieras de colores...
Si el estilo románico fue difundido por la orden monástica de
Cluny, el arte gótico debe su difusión por todo el territorio cris-
tiano de Europa occidental a la orden del Císter. Los monaste-
rios cistercienses abundan en el Camino no menos que los de
Cluny. El iniciador y principal valedor, tanto de la orden cister-
ciense como del estilo gótico, fue San Bernardo de Claraval,
abad del primer monasterio cisterciense de Claraval. Cabe desta-
car que este
m
onje fue el autor de los estatutos de la orden de los
Caballeros Templarios. Entre las muchas opiniones sobre el ori-
gen del estilo de arte gótico está la que asegura que los Caballe-
ros
T
e
m
plarios trajeron desde la entonces recién conquistada ciu
-
dad de Jerusan las
m
edidas y proporciones del antiguo te
m
plo de
S
alo
m
ón de esa ciudad
,
y que estos datos sirvieron para la defini-
ción de los elementos arquitectónicos básicos del arte gótico.
Entre los principales monumentos de estilo gótico cercanos al
Camino de Santiago destacan: la iglesia capitular de Ronces-
valles, la catedral de Pamplona, el panteón real y el hospital de
peregrinos de Nájera, la catedral de Burgos, la catedral de León,
el castillo de los Templarios en Ponferrada y la Posada de los
Reyes Católicos en Compostela. También cabe mencionar el
monasterio de San Marcos en la ciudad de León; éste no per-
tenece al estilo gótico sino al plateresco, que fue un estilo de
transición entre el Gótico y el Renacimiento.
Cabe mencionar que la Ruta pasa por otros espacios antiguos
como los castros celtas (campamentos fortificados) y cerca del
extraordinariamente pintoresco pueblo maragato de Castrillo de
Polvazares, sin olvidar los bellos y pintorescos paisajes de algu-
nas provincias del norte de España. En algunos lugares también
se pueden contemplar antiguos monumentos megalíticos como
dólmenes, menhires, petroglifos…
Por supuesto, junto al Camino de Santiago existen otras cons-
trucciones monumentales además de las citadas románicas y gó-
ticas. Tras estas artes constructivas medievales vinieron el men-
cionado plateresco, también llamado Isabelino” en España, y el
estilo renacentista, y el barroco... Pero estos estilos pertenecen a
una época en la que la peregrinación por el Camino a Compos-
tela no era tan animada y masiva como durante la Edad Media.
14
C
o
m
o es de suponer
,
una ruta tan transitada co
m
o el
C
a
m
ino de
C
o
m
postela necesaria
m
ente
despertaba la rapacidad y codicia de dinero de todo tipo de
m
aleantes que
,
en
E
spaña y en aquella
época
,
abundaban co
m
o en cualquier lugar del
m
undo y en cualquier época
. A
de
m
ás
,
en aquellos
siglos
m
edievales
E
spaña era una zona de guerras casi constantes de los reinos cristianos
,
por los que se extendía el fa
m
oso
C
a
m
ino
,
y los árabes que ocupaban el sur del país
. E
ra
,
pues, necesario contar con una guardia especial para la defensa y protección de los pere-
grinos y sus pertenencias.
Fue a mediados del siglo XII cuando fueron asignadas a esta tarea las órdenes de caba-
lleros
,
a la vez soldados y
m
onjes
. L
as órdenes de caballeros españolas
: S
antiago
, A
l
-
C
ántara,
Calatrava y Montesa, fueron creadas según el modelo de los Hospitalarios creados a fina-
les del siglo XI y los Templarios creados a principios del siglo XII, luchando ambos con-
tra los musulmanes defendiendo el reino cristiano de Jerusalén. La primera fundada de es-
tas cuatro órdenes fue la de Santiago para la defensa del Camino y sus peregrinos. Esta
orden sigu las regulaciones de los agustinos. El resto de órdenes, creadas posterior-
mente, siguieron las normas cistercienses, al igual que los Templarios.
La orden de Santiago fue la más dedicada a la defensa del Camino jacobeo. Pero aunque
Compostela, en Galicia, es el centro del culto a aquel apóstol, en realidad no fue ni la cuna
ni la sede principal de la orden. La orden recibió su primer gobierno en 1171. Se desarro-
lló muy rápidamente y contribuyó en gran medida a la Reconquista del territorio español.
La orden de Alcántara surgió de una cofradía militar fundada en 1156. Fue creada por
nobles extremeños. En 1183, el sacerdote Suero Fernández Barrientos la transformó en
orden militar y se arrogó el título de Maestre. En 1218, el rey de León, Alfonso IX,
encargó la fortaleza de el-Kantara, que acababa de conquistar. El nombre pasó a ser
Alcántara y fue adoptado por la orden. El monasterio de San Benito de Alcántara fue la
sede de la orden: dependía del reino de León.
La orden de Montesa fue la última creada en España (en el año 1317) y la única del reino
de Aragón; su fundador fue el rey Santiago II (Jaime en la lengua local) de Aragón. Esa
orden, contribuyó a la expulsión de los musulmanes del territorio valenciano.
En España, además de estas cuatro órdenes, también hubo Templarios que lucharon contra
los moros al igual que el resto de órdenes. Estos Caballeros Templarios tenían un gran
castillo en Ponferrada, justo al lado del Camino de Santiago, y otros castillos y
encomiendas en el territorio cristiano de España, así como el resto de órdenes. Al ser
cancelada la orden del Temple por disposición del papa, en el año 1312, sus miembros en
el reino de Castilla pasaron a la orden de Calatrava y los del reino de Aragón fueron
aceptados en la orden de Montesa.
Las órdenes militares contribuyeron en gran medida a la reconquista de los territorios con-
trolados por los musulmanes y mientras tanto consiguieron un gran poder político y rique-
zas. Cuando los árabes fueron definitivamente derrotados en España, el poder de las órde-
nes
,
controladas por los respectivos
M
aestres o
G
randes
S
uperiores
,
resultó ser un gran pro
-
blema para la consolidación del poder real que pretendía entonces limitar los privilegios
de los señores feudales
. E
n el año
1489
,
tras la
m
uerte del
M
aestre de
A
lcántara
,
el rey
F
ernan-
do el
C
atólico organizó su elección co
m
o nuevo
G
ran
M
aestre de la
O
rden
,
y en consecuen-
cia la incorporó a la corona española. También hizo lo mismo con el Maestrazgo del resto de
órdenes y así
,
poco a poco
,
las órdenes fueron perdiendo su carácter de
m
onaquis
m
o
m
ilitar
para quedar como un mero título honorífico de los miembros. No es necesario decir que
mediante este proceso las posesiones de las órdenes se sumaron a las de la corona.
15
L
a decisión del rey
F
ernando el Católico al asumir el Maestrazgo formaba parte de su polí-
tica general de limitar el poder de la nobleza y fortalecer la autoridad real. Fue rey de Ara-
gón, pero a través de su matrimonio con la reina Isabel de Castilla, esa política se aplicó
en ambos reinos. Además, estos reyes, mediante la conquista (en el año 1492) del reino
musumán de Granada, último reino árabe de la Península Ibérica, pusieron fin a la tarea
histórica de la Reconquista. Poco después (en 1512) el pequeño reino cristiano de Navarra
también se añadió a la corona española y de esta manera se completó la formación del país
español, aproximadamente, como es hoy, aunque posteriormente hubo otros cambios que
no están relacionados con el tema que aquí tratamos.
Los cambios que se produjeron en España durante el reinado de los llamados Reyes Cató-
licos, y otros que se produjeron poco después en Europa: guerras españolas contra Francia
y otros países europeos durante varias generaciones
, R
efor
m
a
P
rotestante
...
tuvieron un efec-
to adverso en la peregrinación a Compostela.
De hecho, cuando terminó la lucha contra la civilización árabe en España, desapareció uno
de los principales incentivos del culto a Santiago. Además, en el siglo XVI se produjo un
gran cisma en el cristianismo europeo, la Reforma protestante iniciada por Lutero y pos-
teriormente continuada por otros líderes: Calvino, el rey inglés Enrique VII... Desde en-
tonces no todos los cristianos de Europa occidental eran católicos sino que muchos de
ellos constituyeron iglesias separadas de la de los papas de Roma. Esto es bastante impor-
tante para el te
m
a de la peregrinación que nos ocupa porque entre las diferencias de los cris
-
tianos reformados con el catolicismo está esa actitud diferente hacia las peregrinaciones.
C
oncreta
m
ente
,
la cuestión de la peregrinación chocaba con varias de las
95
tesis de
L
utero
.
É
ste se basaba en el dicho de Cristo de que para orar no se necesita un templo ni un lugar
especial, que se puede orar a Dios en cualquier lugar, siempre que se ore en espíritu y en
verdad
. P
or lo de
m
ás
,
aquellas tesis de
L
utero con relación a las indulgencias y el perdón
de los pecados constituían otro ataque contra la idea que inspiraba la peregrinación como
medio para alcanzar el perdón de Dios. Una gran parte de la población cristiana de Europa
aceptó estas tesis de los reformistas y esto dañó la idea misma de peregrinación.
Y en aquellos pueblos que continuaron siendo católicos no faltaban otros motivos que pro-
hibían o dificultaban a sus habitantes viajar a
G
alicia en
E
spaña
. L
a política de los
R
eyes
C
a
-
licos en
m
ateria de alianzas fa
m
iliares en
E
uropa lia la corona española con la dinastía de
los
A
ustrias e involuc a
E
spaña en los conflictos de
E
uropa
C
entral
,
y principal
m
ente contra
F
rancia
,
lugar tradicional de origen de la
m
ayoría de los peregrinos extranjeros a
C
o
m
postela
.
Durante todo el reinado de Carlos V, a la vez rey de España y emperador de Alemania, la
guerra contra Francia fue continua, situación que se prolongó hasta la etapa inicial del
reinado de su hijo Felipe II, quien más tarde influyó en la guerra civil que tuvo lugar en
Francia, y tuvo conflictos en Holanda y otros lugares.
Como se ha dicho, todo esto tuvo un efecto en contra de la peregrinación jacobea tal como
había sido durante la Edad Media. Desde entonces y hasta el siglo XX, el culto a Santiago
de Compostela siguió siendo una cosa casi exclusivamente española, pero cabe señalar
que durante esos siglos España se dedicó de lleno a la colonización de gran parte del con-
tinente americano, y esa colonización también significaba cristianización. Los territorios
colonizados por España recibieron con el cristianismo, también el culto al apóstol Santia-
go, pero, por supuesto, no la costumbre de la peregrinar a Compostela.
16
D
esde el siglo
XVI,
la peregrinación jacobea quedó co
m
o
algo po
-
co i
m
portante
,
en comparación con su situación en l
a
E
dad
M
edia.
E
sto duró hasta principios del siglo
XX
o
m
ás bien
finales del
XIX,
cuando se descubrieron nueva
m
ente las
reliquias jacobitas.
Sí, desde el siglo XVI no se sabía nde se encontraba el
famoso féretro con los restos atribuidos al apóstol Santiago.
Sucedió que el o 1589 el arzobispo Juan San Clemente
ordenó esconder el ataúd de la reliquia por temor al
acerca
m
iento de los ingleses guía
-
dos por Francis Drake a
Compostela. Quizás ese obispo murió sin poder informar a
su sucesor sobre el escondite del cuerpo porque durante
300
años se desconoció la ubicación de las fa-
m
osas reliquias
. E
l
ataúd fue descubierto posterior
m
ente en el
año 1878
sien
-
do
Obispo de Compostela el Cardenal Payá.
Entonces surgió una polémica sobre la identidad de la
persona a quien pertenecían los restos encontrados. En
aquella época
m
u-cha gente no era tan crédula como los
plebeyos medievales. El siglo XIX fue una época de
librepensadores influenciados por el progreso científico y la
revolución industrial. Mucha gente se mostró sensible a los
argu
m
entos sobre la probabilidad de que la tu
m
ba de
compostelana perteneciera a Prisciliano. El entonces Papa
León XIII, declaró el 1 de noviembre del año 1884, con si-
milar falta de rigor a la de otros papas que proclamaban
dogmas, que los restos recientemente descubiertos en
Compostela perte-necían a Santiago y a sus discípulos
Atanasio y Teodoro, y animó a los cristianos a reanudar la
peregrinación.
Influyeran o no esas circunstancias en el asunto, en cualquier
ca-so a lo largo del siglo XX la peregrinación a Compostela
se in-tensificó cada vez
m
ás
. E
n el año
1985
,
la
UNESCO
otorgó al
C
a-
m
ino de
S
antiago la categoría
P
atri
m
onio
U
niversal de la
H
u
m
ani-dad
. E
se ca
m
ino de peregrinación a
C
o
m
postela se convirtió en 1987 en la pri
m
era ruta cultural
europea
. E
n el año
2000
, C
ompostela era la capital cultural de
Europa.
E
n
1993
,
que fue año jacobeo al igual que el actual 2010, el go-bierno de la comunidad
autónoma gallega decidió promocionar el Camino Jacobeo desde el punto de vista
turístico ofreciéndolo a personas del tipo tradicional del peregrino religioso. Para ello se
repararon algunos tramos del Camino y en ese plan se implicó a los órganos de gobierno
de otras comunidades autónomas espa-ñolas por las que discurre el Camino de Santiago.
Pero el peregrino contemporáneo es algo diferente de los peregrinos medievales del
Camino a Compòstela. En primer lugar, hoy en día no todos los peregrinos recorren a pie
el Camino de Santiago; algunos se desplazan en bicicleta o a caballo. Otros viajan a
Compostela en coche, ya sea por la camino tradicional o por cualquier carretera normal. Y
17
finalmente, otros peregrinan en barco o avión. Por supuesto, en este caso se trata de
peregrinos no europeos. Muchos proceden de América, y cabe señalar que no todos los
peregrinos contemporáneos son personas religiosas, ni siquiera católicos e incluso siquiera
creyentes. En definitiva, hoy la peregrinación a Compostela y otros lugares ya no es sólo
un asunto religioso, sino que en la mayoría de los casos se trata de turismo.
Pero también hay quienes van a Compostela caminando por el Camino tradicional. Pero
incluso en ese caso la motivación no siempre es religiosa; también hay turismo y sobre
todo deporte, caminata deportiva... Para esos peregrinos el Camino está suficientemente
señalizado e indicado mediante flechas amarillas, postes y otras señales. Y en Internet hay
abundante información sobre el Camino, sus hoteles y monumentos. Los peregrinos
peatones (o caminantes deportivos) recorren aproximadamente 25 kilómetros diarios, y en
las paradas cuentan con cómodos albergues y todo tipo de servicios que no estaban al
alcance de los antiguos peregrinos. La cosa está programada según la forma
contemporánea de pensar sobre la cultura y el disfrute del tiempo libre.
La recuperación moderna de la peregrinación jacobea, principalmente en época reciente,
no puede interpretarse como resultado de la participación de los peregrinos en el credo del
marco religioso en el que se oficia ese ritual. En algunos casos, sí, el tema funciona así,
pero generalmente se trata de expresar los valores de la sociedad moderna: el turismo, el
interés por las tradiciones, las costumbres populares y épocas pasadas, o las nuevas formas
de espiritualidad. El peregrino de hoy es al mismo tiempo un turista que utiliza los medios
de transporte y otros servicios de la industria turística y combina los motivos piadosos con
el descanso y las vacaciones. Además, los centros de peregrinación religiosa cuentan
actualmente con numerosos atractivos culturales interesantes para muchos peregrinos,
como monumentos, arte religioso e incluso pintorescas expresiones de fervor religioso en
las que ellos mismos no participan. Pensemos en este sentido, por ejemplo, en las
procesiones religiosas que tienen lugar en muchas ciudades españolas durante la Semana
Santa, y que para un gran número de personas son sólo un espectáculo, algo en lo que se
participa sólo como espectador.
Lo mismo ocurre con el folklore o pompa del culto a Santiago en Compostela: eal
solemne lectura del listado, en la misa en la catedral, de los colectivos y personas
presentes en el día, la procesión hasta el fondo del altar para abrazar la estatua del apóstol
Santiago, el humeante botafumeiro (un gran incensario que cuelga del techo de la
catedral) a través del crucero del templo, la adquisición de una vieira (concha), u otros
souvenirs como certificado de peregrinación...
Además, para quienes estén interesados en esta materia, la Iglesia concede premios espiri-
tuales en forma de indulgencias para el perdón total de los pecados, para aquellos peregri-
nos que, habiendo llegado a Compostela, asistan a misa en la catedral y comulguen allí,
independientemente de la forma en la que haya ido a Compostela, ya sea a pie o de algún
otro modo.
En la misa solemne de la festividad de Santiago Apóstol (25 de julio), oficiada por el
arzobispo de Compostela, asiste a esa ceremonia un importante funcionario español, a
veces el rey, más frecuentemente el príncipe heredero, o el presidente de la gobierno o
alguno de sus ministros... En una ocasión incluso un papa de Roma participó de ese culto
en el templo del “apóstol”.
El mencionado folklore o pompa de la peregrinación jacobita y su colofón en Compostela
se desarrolla de forma continuada, cada o, pero cobra especial importancia y es
concurrida en gran mero en los llamados años jubilares o jacobeos, que son esos os,
como el actual. 2010, en el que la celebración del apóstol coincide con el domingo. Para
esos años el ritual prescribe otras ceremonias especiales como la apertura de la llamada
“puerta santa” el primer día de esos años y el cierre de esa puerta el último día del año.
Sólo queda añadir que este año, como elemento adicional a la celebración del Año
Santiago, tendrá lugar en Compostela el Congreso Español de Esperanto.