Imagen
SENDERO SANGRIENTO

El mejor servicio, el único servicio que ETA puede prestar a España y a Euskadi es desaparecer. Las cosas han llegado a un punto en que los terroristas de la banda vasca son «el enemigo» de este país. No constituyen ningún tipo de benencio para nadie, ni para el futuro, ni siquiera para ellos mismos.
En el balance de su actuación, durante muchos años ya, sólo hay daños y ningún provecho. Su trayectoria está marcada por un rastro de sangre. Su único objetivo es asesinar. El único indicio de que siguen existiendo es que siguen matando y secuestrando, pues no tienen otra ocupación.
Esos crímenes no aportan nada bueno, ni a la lucha por las libertades autonómicas, ni a la lucha de clases, ni a la solución de ninguno de los problemas existentes en nuestra sociedad. Todas esas cuestiones deben ser acometidas con un estilo muy alejado del de esos malditos. Hasta ellos deberían de haberse dado cuenta de que su lucha está condenada por la Historia.
Su empeño en seguir matando contra toda lógica es como una fuga hacia adelante propia de obcecados que son incapaces de reconocer, ni aún ante sí mismos, que llevan un camino equivocado desde hace mucho tiempo.
Estos locos quisieran convertir a Euskadi en otro Ulster, y a España en algo parecido a Argelia, con matanzas masivas y represalías sangrientas; sólo en ese medio de exterminio y destrucción se sentirían realizados y justificados.
Puesto que queremos un futuro bien distinto para nuestro país, les conjuramos a que desaparezcan y nos hagan el inmenso favor de ayudarnos a olvidar que alguna vez existió gente como ellos sobre esta tierra.

Febrero de 1998