Fueron noticia durante las pasadas se
m
anas las reuniones del
B
anco
M
undial
y
el
F
ondo
M
onetario
I
nternacional
,
que tuvieron lugar en
M
adrid
. Y
fueron noti-
cia
,
precisamente por las duras medidas socio-económicas que en esos foros se
recomendó aplicar en nuestro país. Los representantes del sistema económico
mundial vinieron a decirnos que había que implantar el despido libre, reducir
las pensiones y los salarios, aumentar los impuestos y las cotizaciones...
En nuestra tarea y función de interpretar la realidad -para transformarla en
sentido progresista- debemos señalar que todas esas medidas propuestas por los
responsables de la economía mundial tienen por objeto aumentar la tasa de
beneficio de las inversiones de capital
. N
o i
m
porta que para conseguir eso haya
que liquidar el Estado de bienestar imperante durante algunas cadas en los
países industrializados, y que haya que endurecer aún s las inhumanas
condiciones de vida de la población del
T
ercer
M
undo
. P
ara fortalecer
m
ás y
m
ás
la posición de los do
m
inadores del
m
undo
,
se procede a una drástica destruc-
ción de las conquistas sociales de los trabajadores en Oriente y en Occidente.
Debemos ser conscientes de que si esas altas esferas del sistema económico
inter-nacional consiguen imponer en la práctica sus tesis -y tienen voluntad de
imponerlas y grandes medios para llevarlo a cabo-, de hecho, eso supondrá
para nosotros una notable degradación de las condiciones de vida y un
deterioro enorme de la seguridad de los trabajadores. En concreto, el concepto
de despido libre significa que no habrá ninguna defensa legal en los casos de
pérdida del puesto de trabajo. Desaparecerían para los empresarios las obliga-
ciones de fórmulas de jubilación anticipada, compensaciones económicas. etc.
que hasta ahora se emplearon, y que hicieron menos traumáticos los despidos
acaecidos. Consideremos, por ejemplo, lo diferentes que serían las reduc-
ciones de plantilla en ENSIDESA, que tendrían lugar en ese marco de
despido libre, de las que tuvieron lugar anteriormente en esta misma empresa.
Justo es decir que la sociedad española reaccionó mayoritariamente contra la
filosofía egoísta e insolidaria emanada de los dictámenes del F.M.I. Se
pronunciaron en contra de las conclusiones de ese organismo incluso los
políticos de los partidos de derechas de nuestro país, y los del Gobierno de
Felipe González, generalmente tan dóciles en la práctica a las directrices
emanadas de esos centros del capitalismo mundial. Pero para que ese rechazo
no se quede en meros pronunciamientos verbales, los pueblos deben asumir
responsablemente la soberanía que las Constituciones de las democracias
formales sólo en teoría les conceden.
La ofensiva contra nuestros derechos no tiene lugar por casualidad. La
situación mundial favorece en gran medida ese regreso de los peores aspectos
del capitalismo que creíamos que eran sólo cosa del pasado y que habían
desaparecido para siempre. La actual situación desfavorable de los trabaja-
dores y de las clases humildes de la sociedad es una consecuencia de la ter-
minación de la Guerra Fría y de la manera como terminó esa Guerra Fría.
Debemos mirar frente a frente la realidad de que perdimos esa guerra, y
asumir las consecuencias que de ello se derivan. Las consecuencias de la
victoria del capitalismo en la Guerra Fría son que el retroceso social se está
haciendo imparable, y peligra retrotraernos a la situación de indefensión
existente a principios de siglo. En nuestra lucha defendiendo las conquistas
históricas del movimiento obrero debemos partir, en el terreno organizativo,
casi desde cero. Durante muchos años estuvimos viviendo de las rentas
políticas del la Gran Revolución Rusa de 1917 y de otras revoluciones
ocurridas después, entre ellas la de Octubre de 1934 en Asturias, de la que
ahora se cumplen 60 os
. P
ero ahora ya no existe una gran potencia
m
undial
co
m
pro
m
etida con la lucha por la liberación de los opri
m
idos
. Y
apenas existen
ta
m
poco países socialistas
. L
os pocos que se salvaron del descalabro de los
últi
m
os años tienen ya bastantes dificultades para pervivir
. A
hora debe
m
os
generar nosotros nuestros propios
m
ecanismos de defensa y de lucha reivin-
dicativa
. D
ebe
m
os fortalecer y potenciar las organizaciones de masas: sindi-
catos
,
asociaciones ciudadanas
... D
ebemos intensificar ta
m
bién la
m
ili-tancia
política
. El
P
artido
C
o
m
unista
tiene vocación de ser instrumento en la lucha
liberadora de los oprimidos del mundo, de las víctimas de la política econó-
mica del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
N
o va a ser una lucha corta ni fácil
. P
ero si quieres cu
m
plir con tu deber co
m
o
persona co
m
pro
m
etida con el progreso de la hu
m
anidad hacia una sociedad
m
ás
justa y
m
ás hu
m
ana
,
debes saber que tienes un lugar en nuestra organización al
lado de los comunistas de este país.
Octubre de 1994