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A
A
Con casi un año de retraso se acordó, al fin, el convenio colectivo de
ENSIDESA del año 1993. Posiblemente no haya sido esta la vez que más se
retrasó la aprobación y firma del convenio, pero seguro que nunca con
anterioridad se habían acordado unas condiciones económicas y sociales tan
desventajosas para los trabajadores.
Merece la pena que nos apliquemos a interpretar la realidad para comprender
porqué se produce esta situación. En una primera explicación podríamos
aducir la difícil situación económica de la empresa, en el marco de la crisis
general. Pero esto, con ser cierto, deja bastantes cosas por explicar. Si, por una
parte, dista mucho de estar clara la naturaleza de la crisis económica que
afecta a la sociedad, por otra nos tenemos que plantear la pregunta de porque
ENSIDESA llega a esta época con el alto déficit que tiene y la situación de
pérdidas que se produce año tras año.
Al referirnos a ENSIDESA tenemos que tener presente su condición de
empresa pública. ¿Qué significa empresa pública? Es sabido que uno de los
rasgos distintivos de la Sociedad de Bienestar, en cuyas postrimerías nos
encontramos, fue un cierto grado de control estatal sobre ciertas empresas y
ciertas ramas de la producción. En nuestro país el instrumento de esa
intervención estatal fue el I.N.I. (Instituto Nacional de Industria). Cierta
interpretación de este fenómeno pretendía que se socializaban las empresas
menos rentables para que las pérdidas gravasen sobre la sociedad mientras se
dejaban en manos privadas las empresas rentables que producían beneficios.
En realidad, y por lo que a ENSIDESA se refiere, no es justo incluirla a priori
entre las empresas no-rentables. Es preciso destacar que aún siendo
ENSIDESA formalmente una empresa pública, estatal, no dejó nunca de
rendir beneficios al capital privado. La no rentabilidad de ENSIDESA, y de la
siderurgia en general, fue el resultado de una situación totalmente artificial,
creada exprofeso en beneficio de los intereses de las clases dominantes de
siempre. Así, mientras en teoría el principal accionista era el I.N.I.,
instrumento estatal de toda la sociedad, ciertos mecanismos aseguraban que el
beneficio de la actividad de la empresa pública redundase no en provecho de
la sociedad sino del capitalismo privado. Tres eran esos mecanismos:
Primero: una política de precios que asignaba un valor artificialmente bajo a
los productos siderúrgicos básicos, para que el beneficio fuese a titulo de valor
añadido a otras empresas -privadas, por supuesto-, que utilizaban esos
productos como materia prima.
Segundo: la subcontratación de muchos servicios y ciertos pasos del proceso
de producción siderúrgica a otras empresas -privadas, por supuesto-.
T
ercero
,
y principal
:
una gran parte de los ingresos de
ENSIDESA
y de otras e
m-
presas públicas debe ser destinada a sufragar las cargas financieras
,
es decir
,
los
intereses y a
m
ortizacn de deudas contraídas con bancos
-
privados
,
por supuesto
-.
D
urante las pasadas cadas se sucedieron en nuestro país diversos gobiernos de
distinto color político
,
desde los gobiernos de la época franquista
,
pasando por los
de carácter centrista de la época de la transición
,
hasta los actuales de un partido
que se lla
m
a
"O
brero
"
y
"S
ocialista
". P
ero por enci
m
a o por debajo de todos esos
ca
m
bios poticos
,
per
m
anecieron constantes las neas generales del siste
m
a que
garantizaba que la e
m
presa fuese ordeñada por los capitalistas privados
. S
ospecho
-
sa
m
ente
,
gobierno tras gobierno
,
los
m
inisterios de
H
acienda e
I
ndustria
,
así co
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o la
dirección del
I.N.I.
,
del
B
anco de
E
spaña y otras instituciones estatales eran sie
m
pre
,
y siguen siendo
,
ocupados por directores de bancos y otros personajes ligados al
capitalis
m
o financiero de nuestro país
. E
llos eran
,
y siguen siendo
,
los encargados
de garantizar que
ENSIDESA
y otras e
m
presas teórica
m
ente públicas se endeudasen
con los bancos privados por enci
m
a de todo lí
m
ite raciona
l,
con el fin de generar
pérdidas y no beneficios, y así fabricar el pretexto para su privatización o su
liquidación en el momento oportuno. Ellos eran, y siguen siendo, los gestores
de un sistema en el que no creían, y al que saboteaban desde dentro para
provocar su ruina en beneficio de la producción privada.
A
sí
,
condenada a
m
uerte desde su naci
m
iento
,
y portando en su interior los r-
m
enes nocivos que la habían de destruir
,
la e
m
presa blica de nuestro ps se en-
cuentra hoy abocada a su liquidación decretada por los ene
m
igos de toda
m
edida
verdadera
m
ente socialista
. L
os sínto
m
as de esa agonía anunciada son hoy los pési-
m
os convenios que se están aplicando y las sucesivas reducciones de plantilla.
L
a cuestn es si los trabajadores
,
al fin
,
despertare
m
os de esa siesta que dura ya
cincuenta os
,
y sere
m
os capaces de afrontar la situación que se nos viene enci
m
a.
Febrero de 1994