En el final de la dictadura franquista algunos grupos católicos, sobre todo grupos de
Acción Católica presentes en el mundo obrero, fueron acusados de temporalismo, de
ser “tontos útiles” a favor de partidos de izquierdas. Estos grupos fueron frenados y
condenados por el Estado y, también, por la Iglesia. ¿Se frena hoy a grupos católicos
claramente de derechas o se los alimenta por considerarlos de los nuestros?
Creo que el reto de la iglesia española consiste en aclararse por dónde quiere caminar.
Sería bueno que se plantease y escogiese una manera, verdaderamente evangélica. de
estar presente en nuestra sociedad.
¿Cuáles son los grandes males o pecados contra los que hay que dirigir nuestra
acción?
Para algunos el gran mal es el laicismo, el relativismo, el secularismo, la increencia,
el nihilismo, el alejamiento de la iglesia, el librepensamiento, el materialismo ateo.
Para otros el gran mal es la injusticia con un sistema económico que mata, la
explotación de los más débiles, la discriminación por raza, religión u orientación
sexual, la guerra.
¿Qué es lo que más preocupa a nuestra Conferencia Episcopal? El Papa es rechazado
por algunos sectores de católicos por unas posturas muy concretas ante los poderes
económicos, las guerras, los emigrantes, el clericalismo en la iglesia o los
homosexuales. Lo acusan de abandonar la sana doctrina. Preguntémonos quienes
rechazan y por qué a la Iglesia Española.
Creo que es momento de decidirse por lo que consideramos prioritario. Lo importante
no es una lucha cultural para mantener una ideología cristiana sino por hacer presente
el Reino de Dios según se manifiesta en Jesús. Él rompió la ideología dominante
religiosa de su época y hasta lo consideraron blasfemo.
Para clarificarnos con respecto a los diversos grupos en la Iglesia quiero citar a la
teóloga Isabel Gómez Acebo que los agrupa, según sus sensibilidades, así: “Unos, de
signo más conservador, tienen su mirada en el pasado ortodoxo donde encuentran las
verdades de toda la vida que les dan tranquilidad frente a la oferta pluriforme del
mundo actual. Sienten aprensión por lo nuevo y tachan de relativismo la evolución y
los deseos de cambio. Priman la unidad sobre otros conceptos y favorecen una
estructura de gobierno autoritaria” y continúa describiendo así otros grupos: “Los
aperturistas acentúan el compromiso histórico y el cambio de las realidades políticas y
económicas que oprimen y coartan las libertades tanto en el mundo como en el seno
de la Iglesia. No sienten repugnancia por militar en partidos políticos o sindicatos de
todo tipo si creen que desde allí pueden facilitar el fin de situaciones injustas”
(Balance del laicado, 2006)
La biodiversidad es buena, pero el discernimiento es necesario. Crecerá más aquello
que más alimentemos y cultivemos. El evangelio no debe ser sustituido por ideologías
que creemos favorecen a la Iglesia, no olvidemos que ésta es sólo un medio que puede
trasparentar u ocultar lo verdaderamente importante: QUE SE GLORIFIQUE A
DIOS, PADRE Y MADRE NUESTRO, HACIENDO QUE SUS HIJOS VIVAN.